viernes, 4 de septiembre de 2015

“EL TREN A LA LIBERTAD”

                                                      

                 Se ha detenido el tren en la misma nada. No avanza. Sus vagones cargados de seres humanos se hallan expuestos a la opinión pública. Al ver las imágenes en las noticias me producen una conmociono histórica, y sin quererlo y queriéndolo, en mi cabeza se engendra la duda, ¿hemos vuelto al pasado? ¿Alemania……., los judíos…….? ¡Qué Dios, Alá, Mahoma, Buda, y la corte celestial al completo no lo quiera! ¿Qué está sucediendo en este sistema en el que vivimos para que ocurra esta ignominia? Pues nada. El mundo en el que pernoctamos posee un inmovilismo rancio, escalofriante, paranoico en extremo, y solamente somos capaces de “recordar” cuando se nos pone una foto en las mismísimas narices. En el siglo de las democracias tecnológicas y desarrolladas no deberían existir estos desequilibrios. ¡Cuánto ha impactado la foto del pequeño sirio a los pies del mar! ¡Mucho! ¡Hasta el punto de que la vieja Europa ha bostezado! Y no es que la muerte del pequeño les halla avivado sus adormiladas conciencias, ¡no!, es que la minoría de “zarrapastrosos” que intentan invadir los jardines de palacio con sus miserias, terminarán siendo una deslumbrante mayoría de humanidades; y las formas hay que mantenerlas porque somos políticos de raza, y las elecciones, y el sillón del poder, y los viajes, y mi ego……. ¡A la mierda la Europa entera con todos sus euroacomodados, sus pactos, sus nefastas negociaciones, sus desfasados protocolos, y sus flemáticas indolencias! ¡El planeta, desde hace una eternidad, se encuentra en coma cerebral, y necesita urgente a un líder, a un “humano” que mutile las desvergüenzas que están desperdigadas por la tierra!
                 Estos actuales hechos, los de otros continentes, los de hace cinco, de veinte años, o los ocurridos en el siglo pasado, se veían venir. En algún momento ocurrirían, similares u opuestos, ¿qué más da?, el fin continúa siendo el mismo, someter al más débil para que ni siquiera intente un mísero sueño. La tercera guerra mundial está en marcha, es obvia, pero en esta ocasión las armas son bien distintas, aunque las tradicionales permanezcan agazapadas por si hiciesen falta. Una guerra, ya no por la conquista del fuego, sino por la conquista del “pan”.
                 Esta Europa es un fracaso, un negocio mal llevado para los intereses de la colectividad, pero rentable para una minoría que se aferra al poder con el propósito de obtener considerables beneficios. Hay veces siento grima, otras turbación, pero la mayoría de las veces lo que me invade es una rabia incontenida. Demasiada rabia al percibir a los gobernantes de los diferentes países de la comunidad europea rindiendo culto a uno de ellos, a un país que se está llenando los bolsillos a costa de esa inmensa mayoría de contribuyentes, que nadan, nadan, nadan……., y no salen a flote por mucho que braseen. Los que gobiernan este país, el tuyo, o cualquier otro, no merecen el traje y la corbata que llevan. Como diría la pitonisa Lola, son todos unos: ¡Mamarrachoooooooos!
                 Y el conflicto de los refugiados. Contradictoria definición para especificar dicho conflicto, “refugiados”, la que se les da a esas miles de personas varadas como ballenas en los andenes, en las calles, en la quimera misma en espera de una mierda de documento, de un papel que les permita continuar, para atravesar la maldita frontera en busca de paz, de alimentos, de esperanzas, o de lo que les de su real gana. ¿Refugiados de qué? Si somos libres por decreto de la Organización de Naciones Desunidas, para qué coño tenemos que pedir permiso al atravesar un cacho de tierra, ¡¡A LA MIERDERÍA TODOS!!(Parafraseo y versiono a Fernando Fernán Gómez). Puede que algunos, o que varios, no sean santos, nosotros tampoco lo somos, pero merecen un respeto en nombre de nuestra raza, la única existente, la que puebla hasta ahora este caos en el que vivimos.

                 Y mueren y mueren……., continúan muriendo miles, centenares de sirios, de israelitas, o de ucranianos. Gaza es un polvorín. Sudán del Sur un antro. Nigeria una total calamidad. Y si cruzásemos el charco, la aerodinámica América no quedaría fuera de esta estadística. América es un proyecto en vía de “desmantelación”, y supongo que algo habrá que hacer. Los muertos se nos vienen encima, y parte de culpa la tenemos todos, comenzando por mí. ¿Qué estoy haciendo yo? ¡Nada! ¿Escribir lo que pienso? ¡No es suficiente! Cuando se termina perdiendo la vida por inanición, por falta de medicamentos, por legendaria hambruna, por una bomba o metralla intencionada o mal dirigida, el tiempo es sustancial, no caben reuniones que terminaran en nuevas reuniones, que a su vez marcaran la próxima estrategia de la subsiguiente cumbre de los países…….bla, bla, bla, para el futuro año, con la intención de alcanzar acuerdos en la subsecuente legislación. Dejen de marear la perdiz que demasiados e infelices niños morirán en los próximos segundos.    

martes, 26 de mayo de 2015

“DE AVES Y MARES”

                                                

               “…….coexisten organismos que se reproducen y la progenie hereda características de sus progenitores, existiendo también variaciones de características si el medio ambiente no admite a todos los miembros de una población en crecimiento. Entonces aquellos miembros de la población con características menos adaptadas (según lo determine su medio ambiente) morirán con mayor probabilidad. Entonces aquellos miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán probablemente más……..
                                                                                      El origen de las especies.  Darwin.

                 En estos instantes en la península Ibérica se está llevando a cabo una Selección Natural en una determinada especie de palmípedo, la familia de aves del orden de las Charadriiformes, conocidas vulgarmente como gaviotas, o láridos de la “mayoría absoluta y del impuesto orden”; significa radicalmente, que hacen lo que se les antoja, porque ellas, y solamente ellas, son las verdaderas aves del paraíso terrenal y celestial. Y como su perpetua hábitat ha sido estremecida en la actualidad por una variada e intensa muchedumbre de especies, no saben qué hacer con su maltrecha existencia. Hablando en plata, el partido político de las gaviotas, ¡sí!, partido, porque después de los resultados electorales obtenidos el pasado domingo, con toda seguridad se fragmentará, se difuminará en su propia avidez y comenzará para ellos una verdadera autofagia. Las gaviotas son de la opinión que no han comunicado bien, que a partir de este instante lo harán mejor. ¿No creen que ya es demasiado tarde para hablar el mismo idioma? Aunque su intrínseco problema no es precisamente la comunicación, de hecho son explícitos, comunican únicamente lo que les brota de su “real decreto”.
                 Pienso, y creo no estar del todo equivocado, que estamos en tiempo de aparcar las rencillas entre las demás formaciones políticas, llámense como se llamen: casta, social-democracia, populismo, centro izquierda, o centro derecha, da lo mismo; ya se verá en el transcurso de los días si vale la pena confiar en unos u en otros. Lo importante, lo significativo, es cerrar filas entre el resto de formaciones, para que la plaga de palmípedos no continúen en las instituciones con su ancestral jerga. Ya sé que no es nada fácil, el ser humano por arraigo necesita cierta cuota de poder para afianzar sus principios, para que todos sepan que “estamos aquí” y que podemos dictar como los demás órdenes y preceptos. Aun así, y olfateando lo que se avecina, las negociaciones para formar gobierno en la mayoría de los municipios y comunidades de España va ser una tarea de titanes, y si no, tiempo al tiempo; en lo que nos demoramos en preparar un café, la bomba estallará.
                 Me gustaría hacer un diminuto análisis de algunas de las formaciones presentes en el territorio nacional; como es de suponer, será una valoración personal, y si se quiere más intuitiva que acreditada, más folklórica que racional, más seductora que objetiva, o más puntual que reflexiva; pero eso sí, con la consciencia y las sentidos dispuestos, en espera de una evolutiva comprensión.
  
PP: Partido Popular. Organización piramidal. Carente de la mayoría de los sentidos, incluido el “común de los sentidos”. Si me preguntasen, ¿a qué huele este partido?, respondería al instante, ¡este partido huele a naftalina! Cuando veo por la tele a cualquiera de sus integrantes tengo la sensación de encontrarme dentro del armario de mi abuela. ¿Cómo describirlo? Me aflora una doble sensación, ahogo, y un deseo espantoso de estornudar. Y si me preguntasen nuevamente, ¿con qué o con quiénes los compararías?, les diría nuevamente, sin llegar a pestañar, ¡con los tres monos místicos o sabios! Pero no por lo de místicos o sabios, ¡no!, sino porque no ven lo que les conviene, no escuchan las miserias, y no dicen absolutamente nada.

PSOE: Partido Socialista Obrero Español. Una leyenda, en estos momentos sencillamente una leyenda que se le hace muy abrumador cargar con el peso de sus abreviaturas. Es algo así como una vieja gloria del “rock” que añora éxitos pasados, pero al mismo tiempo desea incursionar en el “reguetón”; aunque no llega a hacerlo porque le inunda la indecisión. Temen al “qué dirán”, a los dogmas, a la vieja pana, a las camisas sin corbatas, o a la lengua de las balconadas vecinas. Si lo comparase con un tema musical, no podría ser otro que “Entre dos aguas”, del maestro Paco de Lucía que en paz descanse. Y es una lástima, porque la S y la O de sus siglas, en su conjunto, conforman hermosas palabras que tientan el alma y la razón del sediento.

IU: Izquierda Unida, yo me decantaría por Descompuesta Izquierda. Partido del Paleolítico inferior, extinguido desde los siglos de los siglos. Un espectral partido que ha cavado su propia tumba acomodándose en su cálida actitud. No creo que dicho partido tenga perspectiva en años venideros, al menos con esas satánicas siglas. ¡No importa si no gobernamos, desde aquí se pueden hacer muchas cosas! Recapacitaron los de IU en un momento de la historia de España. ¡Y sí que lo hicieron!, destrozaron ilusiones y se colocaron estratégicamente a favor de sus intereses, que no eran idénticos a los de la mayoría de la ciudadanía de izquierda. En una tercera posición se mantuvieron los llamados izquierdistas, intencionalmente, para no llamar demasiado la atención, pero lo suficiente para continuar mamando de la teta, ¡hasta que el melón explotó! Yo que soy de izquierdas, me refiero a que escribo, me alimento, y me valgo de esa mano para hacer el conjunto de las actividades cotidiana, he pensado en atarme el brazo, como lo hacían los curas, hasta educar la otra, la derecha, mi mano derecha; pero a estas alturas creo que mi cerebro no lo soportaría un cambio de este tipo.

UPyD: Unión Progreso y Democracia. ¿He dicho algo?

PODEMOS: ¡Ay, Podemos! La esperanza del pueblo, la socialdemocracia en esencia, los precursores de los derechos fundamentales, los……., no lo sé, hay algo que se me escapa de mi agudeza sensorial y me comienza a empañar las pasiones. Como diría el príncipe Hamlet, “to be, or not to be”, ¡sí!, en inglés, porque al líder de esta formación le apasiona las palabras en este idioma. ¡Ser o no ser, esa es la cuestión! Dijo Hamlet, y se puso manos a la obra. Los principios y las razones jamás deben variar, se deben mantener aunque nos lleven al abismo.  
                  
CIUTADANS: Ciudadanos. El  “Pret A Porter” de la política. Un partido que comenzó en Cataluña, y se ha ramificado tan enfermizamente que da miedo seguirle la pista. Sus integrantes son Albert Rivera, Albert Rivera, Albert Rivera, Albert Rivera, Albert Rivera, Albert Rivera, Albert Rivera, y casualmente Albert Rivera; como suplente, el distinguido y no menos conocido Albert Rivera. Sinceramente, si yo fuese dueño o uno de los principales accionistas de la prestigiosa marca “Emidio Tucci”, lo contrataría aunque me costase un riñón o los dos ojos de la cara. ¡¡Este hombre es único en ajustar las mangas de su traje a las mangas de su camisa!! ¡¡Un genio!! ¡¡Solamente un maestro en el lenguaje corporal de los grandes maniquíes de pasarela es capaz de ello!! Como diría la Abuela Nena, ¡Ese hombre es un pinturica!


                 Los demás partidos no jugaran en las grandes ligas, y como es de suponer, no serán esenciales en las elecciones de noviembre, las presidenciales. Aunque, ¡es simple suposición de mi parte!, si el tiempo continuase inestable y se anunciasen continuas borrascas sobre el Reino de España, pudiese acontecer que el mar terminase encolerizado, y produjese un imparable tsunami de dimensiones descomunales. Entonces, será imposible, detener a la “marea humana”.         

                                                                                                CIUDADANO RAMÍREZ.

domingo, 26 de abril de 2015

"Antecedentes del Poeta Federico García Lorca"

                         
                 
                 Hace algunos años, con toda seguridad más de una década (posiblemente dos) tuve la oportunidad, o la gracia, si lo descifro desde un modo sensitivo, de participar en el montaje de El público, de Federico García Lorca. Interpreté el personaje del Caballo Blanco, todo un reto para mi carrera. Un montaje innovador, y me atrevería a expresar, artísticamente revolucionario, al menos comparado con los patrones de la época y de la sociedad en la que se intentaba existir por aquellos “entonces” años. La dirección la llevó a cabo Carlos Días, con demasiado mimo y bordando los detalles al máximo si mi memoria no me falla, y creo que no, porque aún los recuerdos son más poderosos que las arrugas que dejan el paso de las abrumadoras estaciones que no perdonan a nada ni a nadie. Un montaje basado en uno de los textos hasta entonces inédito y más complejo de Federico García Lorca, un significativo texto que precisa una particular sensibilidad para acercarse a él. Una obra teatral de uno de los mayores exponentes de la generación del 27 en España; pero vayamos al meollo de la cuestión. Este intelectual, poeta, dramaturgo, en definitiva, creador en toda la prolongación de la palabra, fue borrado de un plumazo de la faz de la tierra, y dejado al olvido en un indeterminado barranco de la España vil y profunda. Corría el año de 1936.

                 Han pasado incontables años, pero al parecer no los suficientes para hacer justicia de una vez y por todas. Estos años de democracia en España no han madurado lo suficiente hasta el punto de colocar cada cosa en su correspondiente sitio. ¿Se necesitaran otros treinta años más? ¡Al paso que vamos probablemente sí!  

                 Por el 2009, con el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, se hizo un intento de resarcir parte del pasado, con la creación de la ley para la recuperación de la memoria histórica. Se abrieron fosas, y entre ellas, una; se especulaba que podían estar los restos del poeta, pero al comprobarlo, craso error, permanecía  vacía. Lo que continuó con el paso de los días se esfumó como agua entre las manos. Como bien se apunta: quedó en agua de borraja.

                Sin embargo, unos días atrás se han encontrado, o han aparecido, o han rebrotado sorpresivamente unos documentos que atestiguan y confirman el crimen cometido por el régimen franquista de la época hacia la figura del poeta. Estos documentos florecidos datan del 9 de julio de 1965, a raíz de la petición de una escritora francesa a la embajada de España en París. Ella, con la excusa de escribir una biografía de Lorca, solicitó la documentación al gobierno, y las fecales aguas del régimen se enturbiaron aún más. Algo tenían que hacer, y lo hicieron. Se inventaron un dossier contundente y creíble, con pormenores y poderosas razones para inculpar a Lorca, para condenarlo irremediablemente, pero también, para acallar malignas lenguas. El régimen no se podía permitir opiniones externas, que el mundo hablase mal de ellos, y surgió este villano documento. Federico, fue tildado de socialista, de homosexual, y de masón. El poeta era portador de una homosexual tan enraizada, que era aberrante, hasta el punto de llegar a ser “vox pópuli”. Lo cierto es que no hay antecedentes en tal sentido. Se señala que sus manifestaciones poseían una tendencia socialista, y se le atribuía vinculación a Fernando de los Ríos (entonces ideólogo socialista español), ratifica el documento. Respecto a la masonería dicho documento señala literalmente: "Es un masón perteneciente a la logia Alhambra, en la que adoptó el nombre simbólico de Homero, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma". Por lo tanto fue catalogó como un peligroso individuo con poderosos y contrastados antecedentes para ser pasado por las armas. Y lo hicieron, ¡válgame dios que lo hicieron!, después de confesar el poeta, según describe el documento terminó el conflicto. Lo asesinaron. Fue enterrado en unión de otros detenidos “a flor de tierra en un lugar que se hace muy difícil de localizar", indica el auto, al parecer en “Fuente Grande” (Granada). Lo sepultaron en un barranco, lo dejaron al olvido.

                 Si se le preguntase a cualquier español de a pie o poseedor de extendidos dineros en bancos lejanos en referencia a Don Miguel de Cervantes y Saavedra, seguramente les formularían que se sienten orgullosos de él, de lo que representa el autor del Quijote para su identidad y para el mundo en general. Cervantes, es un icono, lo que denominaría actualmente el gobierno como “marca”, la marca España. Indudablemente es un poderoso símbolo y ha dejado una potente obra (El Ingenioso Hidalgo…….) para la posteridad, no está nada mal, como de igual manera lo ha hecho Federico; pero mi intención no es provocar comparaciones que en el fondo son odiosas. Mi propósito es que el poeta sea resarcido íntegramente, porque se lo deben y se lo merece. En muchos países decir Cervantes es símbolo de identidad española; pero decir Lorca en España es símbolo de qué, ¿en qué posición lo dejamos?, ¿a “flor de tierra” como su desdeñado cuerpo?

                 Soy de la opinión que no se le ha otorgado el mérito que se merece. Posiblemente fuera del país disfrute de un mayor reconocimiento. El estudio de Lorca, de su obra, pero por qué no, de su vida también, es fundamental por demasiadas y poderosas razones. Es el exponente en mayúsculas de toda una generación de intelectuales, su obra es rotundamente fructífera. Poesía: Libro de poemas (1921), Poema del cante jondo (1921), Primeras canciones (1922), Canciones (1921-1924), Romancero gitano (1924-1927), Poeta en Nueva York (1929-1930), Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), Seis poemas gallegos (1935), Diván del Tamarit (1936), Sonetos del amor oscuro (1936), Poemas sueltos, Cantares Populares. En prosa: Fantasía simbólica, Granada Paraíso cerrado para muchos, Semana Santa en Granada. Dramaturgia o teatro (verdaderamente importante y fundamental): El maleficio de la mariposa (1919), La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón (1923), Los títeres de cachiporra. Tragicomedia de don Cristóbal y la señá María (1923), Mariana Pineda (1925). En Teatro Breve (1928) están (El paseo de Buster Keaton, La doncella, el marinero y el estudiante, Quimera), Viaje a la luna (1929), La Zapatera prodigiosa (1930), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1931), Retablillo de don Cristóbal. Farsa para guiñol (1931), Así que pasen cinco años (1931), El público (1933), Bodas de sangre (1933), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera, o el lenguaje de las flores (1935), La casa de Bernarda Alba. (1936). Y en esta selección no incluyo charlas, conferencias, homenajes, y escritos en general colmados de una delicada perfección y profunda reflexión. De su vida se pudiera decir, todo, lo que se ha dejado de contar, y lo que se ha contado definitivamente mal. Un intocable tema en el que no se debe ahondar no vaya ser que escapen los demonios del pasado y quieran saldar viejas e irrefutables cuentas. Viene a ser lo que designa sin mucha coherencia la profesora de mi hija respecto a variados temas, un tabú. De algún modo García Lorca continúa siendo para la opinión pública y para algunas entidades patrias un tabú. Se conoce, se reconoce, pero hasta un pertinente y determinado punto.

                 Cuando interpreté el Caballo Blanco en el Público, pude experimentar la complexidad de la palabra llevada a la acción. Un enmarañado texto escrito en 1933 que desde entonces pedía a gritos ser descifrado, aunque el poeta era consciente del terreno en el que pisaba. Escrita en clave, pero sobre todo, adelantada a la época en la que le tocó sobrevivir. Y nada más diré al respecto, porque si continúo, bufaré y blasfemaré hasta terminar deshecho en mil pedazos. Únicamente les suplico que no dejen de leer al poeta, se lo merece: “…….Hay un muerto en el cementerio más lejano que se queja tres años porque tiene un paisaje seco en la rodilla……..” (Ciudad sin Sueño. Federico García Lorca)
                                                                         
                                                                                                           Ciudadano Ramírez.

                  

                  

martes, 14 de abril de 2015

“LA METAMORFOSIS”

                                         

                 “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos…….”


                 Se cumplen 100 años de este extraordinario relato de Franz Kafka. Una mañana al despertar Gregorio Samsa observó que ya no era el mismo, el de antes, el que siempre había sido hasta ese preciso momento. Tuvo una transformación en una sola noche. Cambió radicalmente, ¿para bien o para mal? El paso de los años nos indica que las “metamorfosis” son necesarias para el equilibrio de la humanoide biosfera. Lástima que estos procesos no se produzcan más a menudo.  

domingo, 29 de marzo de 2015

¡DE TEJADO Y NADA MÁS!

                                       
                
                 En estas venerables fechas, el santo padre de Roma ha tenido la delicadeza que simple y llanamente puede albergar su santidad, y bien valga la redundancia, el de invitar a un selecto grupo de personas “sin techos” a visitar la capilla Sixtina del Vaticano. En la generosa oferta papal se incluye guía y cena al término de la misma. Un tour imposible de rechazar porque un ofrecimiento de esta índole, ¿cómo podemos clasificarlo sin llegar a caer en una burda definición?, “desbordada generosidad”, ¡sí, eso es!, rebosada generosidad, no se encuentra a la vuelta de la esquina, y mucho menos si después de la misma el personal debe regresar a su mugriento soportal para en la noche abrazar su ya entrañable y maltrecho cartón corrugado. Es que la generosidad divina no tiene límites ni precio, y para cada descocido siempre hay un Papa alerta que todo lo ve y todo lo enmienda.
                 Estas personas que poseen como único techo el cielo, y cual sólidas paredes la vivaracha ciudad, son más que dichosas, porque en todo momento el señor vela por ellos, y esto es una prueba de ello. No cualquier persona es invitada al Vaticano, y mucho menos por el mismísimo Papa para contemplar los frescos de Miguel Ángel. En estas encumbradas fechas la cultura es necesaria, y si esa cultura es divina, mucho mejor, los conocimientos recibidos seguramente serán esgrimidos en cualquier circunstancia de la vida, o de la empobrecida vida, de la miserable vida, de la asquerosa vida, de la……., ¡calma, no está bien alterarse en estas puntuales fechas! Se puede ser “sin techo”, pero la procesión siempre se lleva por dentro, y exteriorizar la pobreza no está bien, no es de buen católico, hay que mantener los sentimientos resguardados de cualquier malsana intención; de esta manera no alarmaremos al creador. Preocupar al señor es innecesario, él debe seguir pensando que los necesitados de pan y techo se pueden contar con los dedos de las manos.
                 ¿Es necesario un techo?, ¡No! ¿Es necesario alimentarnos diariamente?, ¡No! Lo verdaderamente necesario es entregarnos en cuerpo y alma a la divina providencia, a la fe que mueve montañas y derroca tiranías, porque contemplar por primera y única vez las riquezas de la Santa Sede no tiene parangón en la corta vida de un necesitado. Hay que abrir las ventanas del alma, ¡no!, rectifico, el símil de la ventana creo que no es el más acertado en estos casos, hay que abrir los periódicos, las revistas, o los cartones de par en par para que la gracia pictórica del creador alimente las consciencias de los “sin techos” y nutra sus espíritus.
                 Una cosa sí debe tener en cuenta el Santo padre, al término de la cena, cada uno de los santos retretes deben estar disponibles y dispuestos, porque con toda seguridad más de un centenar de estómago acudirán raudos y veloces a los mismos para desaguar lo ingerido. Y es que en los temas del cuerpo no hay mandato divino que valga. Por mucha buena fe que se tenga si se aterrorizan de esta manera las tripas, no valen guayabas verdes que controle la defecación.
                 Primero comer a diario y resguardar el cuerpo de cualquier inclemencia, después, la contemplación del divino arte. Y me duele enormemente este improcedente orden porque sucumbo ante la belleza, pero un necesitado, un ser de la calle, un “sin techo”, bien poco le importa si fue Miguel Ángel o Juanito el de los palotes el generador de estos pasajes. Y para rizar más el rizo, ¿no es contraproducente, o enfermizo, invitar a un “sin techo” a observar los frescos ( los techos) de la capilla Sixtina? Bueno, puede que mi enfermiza cabeza sea más terrenal que celestial.

                                                                                       Un Ciudadano Contemplativo.        

viernes, 27 de marzo de 2015

“VUELO CON DESTINO A LOS ALPES”

                                        

                          Tengo un presagio. Puede que sea descabellado o no, pero es una teoría que me ronda la cabeza desde que supe la noticia del desastre aéreo en Francia. Una lamentable tragedia, que como muchas otras jamás debió de ocurrir. Han fallecido demasiadas personas, inocentes víctimas del destino o de la mano número tres. La Tercera Mano es la responsable de este atentado, porque no se le puede llamar de otra manera, un atentado en toda regla con toda la intencionalidad. Estas personas han dejado de existir producto de algún sinuoso motivo, y siento pavor por la tranquilidad y la conformidad con la que son aceptadas cada una de las nuevas notificaciones lanzadas al mundo. Porque yo no creo, no creo ni dejo de creer en las versiones “oficiales” sobre el tema.
                 El co-piloto. El co-piloto es la clave de la tragedia, el único culpable de la misma. La grabación hallada en la caja negra del avión así lo demuestra. Una respiración, una puerta que se cierra, golpes sobre la misma, alguien que ha salido con anterioridad de la cabina e intenta entrar nuevamente. ¡Sí, lo sé, mis pensamientos vuelan con demasiada prisa y veo fantasmas don no los hay!
                 La investigación continúa su curso. Ahora con una diseñada línea de investigación. Registro en las dos viviendas del co-piloto Alemán, el provocador del caos. Hay que desentrañar minuciosamente el pasado. Una investigación llevada a cabo por el gobierno de Alemania, con la cooperación del país de la catástrofe, Francia, y del reino de España, donde partió el avión y donde se han contabilizado 50 fallecidos de dicha nacionalidad.
                 Pues bien, este joven piloto es una caja de sorpresa. Lleva en la compañía aérea desde 2013, y más bien se sabía bien poco de él, a pesar de haber superado numerosos cuestionarios con psicólogos y especialistas para poder pilotar un avión; pero no importa, ahora ya sabemos que pie es el que calza. Dicho joven se puede decir que es obsesivo-compulsivo, y esta deslumbrante inclinación la canaliza con la práctica de deportes, y como señala el escudriñamiento, lo hace de manera constante y pasmosa. Se halla bajo tratamiento médico y baja facultativa, que la ha ocultado a su compañía. Posee una amplia y variada colección de aviones. Es una especie de lobo solitario, lo cual muestra que se pueden contar sus amigos con los dedos de las manos. Su novia hace poco lo ha dejado, lo cual indica que está pasando por un agudo proceso sentimental. Desequilibrado, con personalidad fluctuante e inestable. Inseguro, indeciso, callado, traumas no confesos, medicado, absorbente, soñador, etcétera, etcétera, etcétera. En fin, una joya de la aeronáutica civil.
                 Y yo me pregunto, ante esta variada evidencia, por qué este hombre volaba. ¿Por qué llevaba sobre sus hombros una responsabilidad tan grande y delicada? ¿No será que la historia es otra? ¿No será que se necesita cuanto antes de un final porque la opinión pública debe ser apaciguada? Puede ser que sí, y puede ser que no, pero el tiempo corre en contra, y si la verdad no emerge por su propia voluntad, se cuenta con flotadores de emergencias para conducirla hacia tranquilas y convenientes aguas.
                 Por último, si la naturaleza de este joven no es de fiar, y sus instintos permeables, no puede caber la posibilidad que antes de tomar el vuelo, desde tierra, el joven co-piloto con problemas de inestabilidad haya sido “hipnotizado” por la tercera mano. ¡Eso es, La Tercera Mano! Y no es una broma, demasiadas e inocentes vidas han sido mutiladas, y la auténtica verdad debe percibir la luz por el bien de los familiares y de la propia humanidad. Tarde o temprano…….   

jueves, 19 de marzo de 2015

"50 SOMBRAS DE QUÉ"

                                                          
    
                                                                            --4--


                 Directamente Anita se dejó llevar. Las posibles y desafortunadas consecuencias que podrían surgir no las tuvo en mente. El simple hecho de participar en un juego con G, fuese el que fuese, le atraía considerablemente. Ella estaba dispuesta a continuar a pesar de sus contradicciones, enfrentándose a sus miedos y a lo desconocido. En dicho juego debía arriesgar su  candidez, sus desasosiegos, y lo que más sopesaba: su virginidad. Y todo ello por un hombre al que apenas conoce. Esta idea no la llegó a pensar, pero la intuyó con cada uno de sus sentidos. --¡Qué complicado es tomar una decisión! ¡Qué difícil se hace el no saber si la decisión que se toma es para bien o para mal cuando no se tiene a nadie a mano!--Las ideas revoloteaban de un extremo de su cabeza a otro, y la joven Anita no terminaba de hallar la justa respuesta a sus incertidumbres.  
                 Mientras estos pensamientos fermentaban en el interior de Anita, el hábil G ya se había quitado la camisa, domesticado las esposas, y liberado sus intenciones.
__ ¡Échate sobre la cama! --sentenció G.
__ ¿En la cama? --Anita estaba petrificada.
__ ¡Sí, es lo que he dicho, en la cama!
                 Toda ella, sin intentar ni siquiera otro argumento, fue directamente a la cama. Su cuerpo, sus dudas, y su consciencia, se derrumbaron encima de la ambarina y empobrecida sábana. Solamente su aroma quedó flotando en el aire. Anita se abandonó literalmente. Su espalda se aferró al camastro, y sus ojos, pretendiendo encontrar una respuesta, se clavaron en el desvencijado techo de la habitación.
__ ¡Eso es……., muy bien! --afirmó el lujurioso jugador-- ¡Ahora te pondré las esposas!
                 Con una sola acción G desgarró el vestido. Anita no pestañeó. Mientras que una mano jugueteaba con las esposas, la otra deambuló por diversos espacios del cuerpo de la joven hasta que se detuvo en los brazos. Y se hizo el milagro, en menos de lo que perdura un parpadear, Anita tenía en sus muñecas las esposas. El torso desnudo, los brazos cruzados a la altura de la cabeza, G a horcajadas sobre su vientre, y en el ambiente un penetrante tufo a aguardiente. --¿Cuándo llegaran las caricias?-- Se preguntaba Anita que no se atrevía ni a moverse.
__ ¡Date la vuelta! --manifestó G con rotunda autoridad.
__ ¿Por qué? --la pregunta de Anita estaba más perdida que sus propias dudas.
__ ¡Porque yo propongo el juego! ¡Así que date la vuelta!
__ ¿Y si no quiero? --esta vez Anita lo miró a los ojos.
__ ¡Si no quieres aceptar la reglas tomas la puerta ahora mismo y te marchas por donde mismo llegaste! ¡Y no vuelvas más! ¿Lo has entendido? --G se incorporó y salió de la habitación.
                 Anita quedó sobre el camastro con las muñecas atadas. ¿Acaso había metido la pata? G, que posiblemente sea el hombre de su vida, ahora, después de su inmadura reacción, no deseará saber nada más de ella. --¡No es más que un juego, y más allá del juego deben de estar las caricias y los mimos!-- Se cuestionaba Anita, que a pesar de las esposas y de sus ropas desgarradas, ardía en deseo por ser acariciada por ese extraño hombre.
__ ¡G, perdóname, es que la bebida se me ha subido a la cabeza y no sabía lo que decía! ¡Ven, haré lo que me digas! --la voz de Anita resultaba imprecisa entre los tablones de madera del cuartucho.
__ ¡Está bien, pero debes hacer lo que te diga!
                 Contestó G, y su silueta se vislumbró desnuda en el cerco de la puerta.
__ ¡Está…….bien…….!
                 De la garganta de Anita se deslizó un hilo de voz que no llegó a modular, porque sus traviesos ojos se detuvieron donde no debieron de hacerlo, y allí permanecieron improvisando un no sé qué, un, ¿qué es eso dios mío?, ¡no, no debo mirar!, ¿estaré soñando? Millares de pensamientos junto a las esparcidas órbitas oculares se desplazaban sin sentido por todo su ser; pero aun así, Anita no apartó la visión de la pelvis del hombre, que cual  David de Miguel Ángel, permanecía en el umbral, erecto como frondoso árbol de ceiba. La curiosidad mató al gato, expresa el proverbio, y de esa manera ocurrió.
                 G, con pasos precisos y distendidos, se lanzó con todo su arsenal en pie de guerra sobre el camastro en el que se hallaba la joven. Anita, al verlo partir hacia ella, y para evitar males mayores, se colocó boca abajo, como se lo había pedido antes, y en esta posición lo esperó, con los brazos atados y las carnes expuestas. Él llegó, con cada uno de sus atributos, y además, con una fusta blandiendo al viento. Aún no estaba segura de lo que iba hacer, pero ya se le había hecho demasiado tarde para arrepentirse por ello. En estos instantes las dudas de la inocente joven se desvanecieron, haciendo su presencia el señor miedo con todas sus intrigas y consecuencias. No podía hacer otra cosa que esperar, esperar a que la escultura de carne, cayese, de un momento a otro, sobre su delicada espalda y otras zonas adyacentes. Y no se equivocó Anita, la mole de G dio un salto, rebotó en el borde del colchón, y aterrizó encima de sus nalgas, provocando un alud de estremecimientos y matizaciones.
                 Y no les contaré lo que sucedió a continuación, no lo contaré, porque la historia se puede magnificar en una dirección u en otra, y no estoy dispuesto a que me tomen por un aberrado, por un descafeinado, o por un insensible comunicador respecto a estos puntuales temas. Solamente les quiero decir que el acto amatorio se desplaza a más de 24 fotogramas por segundos, y puede ir más veloz que el propio viento en época de temporales.
                 Mis queridos y entrañables amigos, no los dejaré con la miel en la boca, naturalmente que no, porque todo lo que comienza y se desarrolla, debe concluir como corresponde, con un compacto final. Y para cerrar este dilatado y abstracto análisis sobre la película “50 sombras de Grey”, les procuraré un elegante final, con moraleja incluida. Improvisaré una fábula, la fábula del Conejo y el Zorro. Había una vez un zorro, que pretendía estar por encima del resto de los animales porque poseía una atractiva y afelpada cola. Él era el más hermoso entre todos los seres viviente del bosque, él, y su extraordinaria cola. Pero un día, el menos esperado, el bosque se incendió, ardió por los cuatro costados. De un lado a otro los pequeños animales se movían intentando escapar, pero bien poco se podía hacer, y atrapados entre el fuego, suplicaban clemencia, que los sacasen de allí. En eso apareció el señor conejo, asustadizo, pero dispuesto a echar un capote.
__ ¡Vengan conmigo, los sacaré de aquí a todos poco a poco! --les dijo con la seguridad que solamente un conejo convincente posee.
                 El zorro, que observaba el panorama desde que el gazapo había llegado, le espetó.
__ ¿Y cómo piensas hacerlo insignificante conejo? ¿Los sacarás de aquí montados sobre esa cola de mierda que tienes? --y la risa del zorro se propagó aún más que el mismo fuego.
                 El conejo no respondió, simplemente observaba el panorama, intentando contar a los pequeños animales que se encontraban a su alrededor.  
__ ¡Mira intrascendente conejo, encima de mi larga cola puedo llevar en el viaje a una familia entera de sapos y sus respectivas ranas, una de roedores, un centenar de variados insectos, y todavía me queda espacio para una pareja de rollizos erizos! ¡En cambio tú, con ese prototipo de cola, no serás capaz de transportar ni a una pareja de hormigas locas!
                 Y sin esperar una reacción del conejo, invitó a montar sobre su flamante cola a todo ser viviente que cupiese. Carraspeó el zorro, y escupiendo sobre las patas del conejo, partió a través del bosque intentando encontrar un claro en el mismo. Doce metros anduvo el engreído zorro, doce nada más, porque al siguiente paso, una rama de un gigantesco árbol en llama se desplomó encima de su cola, quedando desolado y atrapado. Los pequeños animales pudieron huir, pero él no. El conejo presto llegó, y junto con los demás animales lo liberaron.
__ ¡Rápido, no podemos perder más tiempo, tengo el coche en esa arbolada, vamos!
                 Dijo el conejo, y partieron todos juntos llevando el zorro arrastras. En unos segundos llegaron a la arbolada donde estaba el coche. De su insignificante cola el conejo sacó un mando, lo accionó, y automáticamente las dos puertas del deportivo se abrieron.
__ ¡Todos a dentro, en un suspiro saldremos de aquí! --el intrépido conejo introdujo la lleva en el switch, arrancó, y partieron raudo como solamente un deportivo de muchos caballos sabe hacerlo.

                 Moraleja. Si tienes un buen deportivo, no importa el tamaño de la cola.                   

                                                                        FIN.

viernes, 13 de marzo de 2015

"50 SOMBRAS DE QUÉ"

                                                      
                                                                       --3--

                 Hacer el amor, hacer el amor como lo entendía la inexperta Anita no se lo planteó Greicito. Él, directamente le propuso su punto de vista. La modalidad que practica. Y lo que escape a la misma, no entra a formar parte de su universo sexual. Sus deseos más íntimos están encaminados en un único sentido, dominar y producir (según este punto de vista) placer al contrario. Este placer expandido llega a su objetivo eclosionando, y como efecto boomerang, retorna amplificado a los puntos sensoriales más disímiles del experto provocador. Es entonces cuando nuestro querido G, teniendo el control, se siente universal, con la idónea potencia que solamente se engendra al dominar al oponente por medio de la sumisión y la dolencia. Y Anita no lo llegó a entender.
                 Ella suponía que el acto sexual era un regodeo de caricias mutuas que al final de la noche se complementaría con una ligera y solícita penetración si fuese necesaria. Hasta entonces no se había planteado que el cuerpo, tanto de la mujer como del hombre, está presto a entregarse a variadas acrobacias hasta llegar a la cumbre de las posturas. Naturalmente que no se lo había planteado, porque el sexo para la tierna Anita no es más que eso, un cuento de hadas con intercambio de emociones y mimos. Lo demás, cualquier otra cosa, es una aberración que no contempla su inocencia.
                La casa de G es horrible. Oscura, mugrienta, e inhabitable. Fue lo que le pareció a la joven Anita, acostumbrada a una escenografía con ambiente “rosa cool”. Una mesa, dos sillas de madera, un destartalado sofá, una lámpara, una mesita con algunos libros y, no quiso ver más. Un maltrecho tabique de madera dividía la estancia, creando un segundo ambiente, una habitación ocupada por un camastro y un sólido armario, y para de contar. Esto no es lo que la imaginación de Anita se merecía. Ella esperaba un mundo iluminado y repleto de colores. ¿Por qué al percibir este desastre no dio la media vuelta y se marchó por donde mismo había llegado? No lo hizo porque G la obnubiló con su masculinidad, con su arrogancia, y con su dilatada palabrería. Ella dudó, y él se frotó las manos mientras dejaba sobre la mesa una botella de aguardiente y dos lacónicos vasos. Los llenó hasta el mismísimo vértice. Se bebió el suyo de un golpe, y le extendió el otro a la joven. Una vez más dudó Anita; pero sin dejar de dudar, tomó el vaso.
__ ¡Bébetelo todo, y verás como la habitación se llena de colores! --le dijo G con una mirada socarrona.
__ ¡Es que no estoy acostumbrada a beber! --contestó Anita.
__ ¡No importa, en algún momento se empieza, y creo que esa hora ha llegado!
                 Anita bebió, un corto sorbo, miró a G, y este llenaba nuevamente su vaso, y por segunda ocasión lo desaguó en su garganta sin inmutarse. La duda continuaba en la cabeza de la joven, pero no le impidió que volviese a beber, esta vez uno más largo; respiró profundamente, y para dentro. El áspero alcohol abrazaba su interior, y las persistentes dudas su conciencia, pero aun así, terminó vaciando el resto del contenido en su anestesiada garganta.
__ ¿Qué vas a proponerme ahora? --le preguntó Anita, ahora sin dudar.
__ ¡Lo que estés dispuesta a hacer! --dijo él.
__ ¿Me harás el amor? –preguntó ella con un aire de descaro.
__ ¡No, quiero enseñarte un juego!
                 G se acercó a la botella, y en un movimiento coreografiado, llenó el vaso de Anita y el suyo, que como una cariñosa lapa, lo había incrustado al cristal de la joven. Ambos vasos rebozaban licor, y ambos vasos, a una orden de G, fueron vertidos sin consideración en las sedientas bocas. Pasados unos segundos, las dudas de Anita se volatilizaron como el ardiente líquido. G tenía razón, la habitación comenzaba a llenarse de colores, pensó la cándida Anita.
__ ¡Ven conmigo, quiero mostrarte algo! --y tomó la mano de la joven.
__ ¿Qué me vas hacer? --una pregunta totalmente intencionada la de Anita.
__ ¡Ahora lo verás! --le contestó G delante del armario-- ¡Dentro guardo mis juguetes, si estás dispuesta a jugar conmigo te los mostraré!
__ ¿Pero me harás el amor? --insistió Anita con una generalizada relajación.
__ ¡Jugaremos con ellos! –y las puertas se abrieron de par en par-- ¡Te pondré estas esposas, tú solamente tienes que dejarte llevar!

                 Anita no llegaba a comprender del todo las intenciones de Greicito, pero entre el aguardiente y los sofocos que estaba experimentando, era consciente que continuar manteniendo la compostura, sería la mayor de las hazañas a las que se había enfrentado hasta ahora. Sentía la sangre vibrar en su interior, la boca colmarse de saliva, y lo peor, sus dispersas cavidades corporales comenzaban a empaparse de desconocidos fluidos. Toda ella era un flan de los pies a la cabeza. Esta vez no dudó, unas simples esposas de policía no serían un impedimento para hacer el amor con Greicito. Si él le proponía un juego amatorio, se dejaría llevar, no le importaría, porque estaba segura que el final del mismo terminaría en lo que ella deseaba, en lo que hacen todas las parejas cuando van a la cama. Ella a su manera estaba informada, sabía de oídas y de visionar algunos de esos libros con lenguaje abierto, que después de las amables caricias, el hombre y la mujer se unen en un abrazo final para germinar en el placer; los detalles no las tenía del todo despejados, pero el vigor del hombre debía terminar en su interior, y ese penetrante pensamiento le llenaba de satisfacción.   

CONTINUARÁ...................................

miércoles, 11 de marzo de 2015

"50 SOMBRAS DE QUÉ"

                                                               
                                                                           --2--

                 Y como pueden suponer, en esos siete días de cautiverio en el interior del pozo, conté con el suficiente tiempo para pensar y reflexionar respecto a la naturaleza de los elementos que me rodeaban, que no eran muchos a simple vista, pero en mi subconsciente, y en el imperceptible mundo de lo no palpable, eran decena de millares de seres microscópicos y centenares de volátiles espectros. En cambio me incliné por las ensoñaciones, entregándome horas y horas al pensamiento onírico. A partir de esta traumática (o no) experiencia, soy un soñador empedernido, saboreo el poder fantasear despierto, y por más que lo intento, no lo puedo evitar. Pero en fin, al amanecer del séptimo día escuché en lo alto de la boca del pozo donde habitaba desde tiempos inmemoriales --digo inmemoriales porque por momentos esa fue la sensación que tuve-- el leve ladrido de un perro; el cual, al parecer, se hacía más grave cuando introducía su cabeza por la embocadura del mismo.
__ ¡Ten cuidado, no te vayas a caer al……..! --grité desde mi posición con una lamentable voz de gnomo.
__ ¡Guau, guau, guau! --contestó el canino con una pasmosa rotundidad.
__ ¡Debes pedir ayuda, me encuentro muy débil! ¡Si continuo un día más aquí voy a morirme! ¡Por favor, ladra primero y corre después, o al revés, o como quieras…….!
__ ¡¡Guau guau guauuu, guaaaaa! --me contestó el sagaz cuadrúpedo, y su ladrido se fue perdiendo en la distancia.
                 Estoy salvado. Fue lo primero que pensé. El perro irá en busca de su amo y en un parpadear estará de vuelta. Para no perder la calma mientras llegaba mi salvador, decidí entonar una melodía, una arrolladora melodía que fortaleciese mi espíritu, y como se dice comúnmente en estas situaciones: una justificación para matar el tiempo. A mi memoria llegó una canción, una romántica melodía que en variadas ocasiones he utilizado para estrechar lazos sentimentales. Una balada. Y comencé a cantar: “El gato que está, triste y azul.......quién le tiene miedo al lobo, miedo al lobo, miedo al…….” ¡Qué horror, la fatídica letrilla, la cadencia malhechora que abalanzó mi cuerpo al vacío y lo hizo rodar por el inmundo pozo hasta arrastrarlo al mismísimo fondo secuestrando mi inocencia y mis ansias! Debía cambiar la estrategia, y fue lo que hice. Puse mi mayor empeño para intentar no pensar en nada, o entre lo peor, lo menos malo; pero no dio resultado. A mi cabeza llegaban pensamientos retorcidos, malintencionados, amorfos pensamientos que me hacían dudar de mi condición humana. --¡No, salgan de mi interior! ¡No quiero escuchar ni un lamento más!-- Las voces se amontonaban unas sobre otras y mi cabeza estaba a punto de estallar. ¿Qué podía hacer? En ese instante pensé que bien poco. La soledad prolongada puede llegar a ser diabólica para la salud mental. Sin esperarlo, sorpresivamente, un sonido gutural se escapó de mi garganta.
__ ¡Ahuuuu…………! --estoy aullando, fue lo que pensé.
__ ¡Ahuuuu……………! --me contestaron desde el exterior del pozo.
__ ¡Ahuuuu………uuuu! --contesté al parecer con conocimiento de causa.
__ ¡Ahuuuu…….guau, guau, guau! --y la conversación se desclasificó.
                 Era el ladrido de mi amigo el perro, que había regresado. Salté de gozo y alegría. Y para que supiese que estaba bien, le contesté con la mejor argumentación que tenía a mano.
__ ¡Ahuguau…….! --fue la mejor de mis entonaciones.
__ ¡Guauahu……..! --con la mejor de su entonación me contestó.
__ ¿Hay alguien ahí? --preguntó una aguda voz.
                 Un momento. ¿Este no es el timbre de voz de mi amigo el perro? Naturalmente que no, cómo puedo pensar que el……, era el amo del perro que arrastrado por este, vino hasta el pozo para ver lo que estaba sucediendo porque no lo dejaba trabajar en paz. En  los siguientes cinco minutos me sacaron. El hombre, que resultó ser un campesino que estaba labrando la tierra, llamó a sus compañeros y mi tortura terminó. No tenía palabras para agradecer lo que habían hecho por mí; a los hombres, y sobre todo al perro. Les prometí que me dedicaría en cuerpo y alma a hacer el bien. Nada de libertinaje y pensamientos malsanos. Solamente entrega y más entrega a la causa de la buena voluntad. Desde entonces me propuse tener siempre un perro, y que me acompañase en mis quijotescas andadas por múltiples espacios. El sexo, mejor no mencionarlo, para no crear falsas expectativas.
                 Al ver las “50 sombras de Grey”, me vinieron de golpe cada uno de los recuerdos acumulados: el profético sueño con la deidad de los árboles frutales, la caída al pozo, la extensa experiencia, los largos días en soledad, el amoroso perro, las conversaciones mantenidas con él y conmigo mismo, mi promesa; pero sobre todo, las laceraciones en la carne producto del descenso por la estrecha abertura del pozo. Eso me produjo un efecto de “extrañamiento” (B. Brecht, recordar referencia anterior) y el sexo regresó a mi vida con una intencionalidad divergente, y sentí un ardor en……., y me puse a escribir.

CONTINUARÁ.......................................................


lunes, 9 de marzo de 2015

"50 SOMBRAS DE QUÉ"

                                               
                                                                      --1--

                 He terminado de ver la película. Y debo decir que no me ha defraudado en un sentido. El film de Grey y sus 50 sombras es lo que podemos llamar ampliamente una “bomba”, no sexual, pero sí de diversidad de espectros nada creativos; aunque pensándolo mejor, no estoy seguro de haber visto todas ellas, quiero decir, las restantes 49 sombras. A Grey lo he visto, como es de suponer, rebosando billetes por doquier. A la ingenua y virginal Anastasia, que no es capaz de matar ni a un mosquito en plena digestión, también la he contemplado desde sus diferentes ángulos, escasos, pero ángulos al fin y al cabo. Pero me faltó……., me faltó, cómo puedo llegar a denominarlo sin blasfemar por ello……., me falto, contenido netamente profesional: fílmico y sado-masoquista, y lo afirmo con razones de peso.
                 Debo confesar que el libro no lo he leído, pero la esencia de una manera u otra se ha reflejado en el celuloide, y soy de la opinión, que el director de la película tendría que haber sido un mago para mostrar lo que escasea, la ausencia de grandeza en la historia de los personajes, sus conflictos, contradicciones, y como es de suponer, sus motivaciones. Tengo la seguridad, que si saliese a la calle pregonando la autoría de este escrito, las ardientes y ávidas adolescentes se lanzarían con rabia sobre mi cuello y no se detendrían hasta verlo hecho añicos; porque he cometido el mayor de los pecados, destrozar un ideario como lo ha sido la extenuante saga de vampiros y sus respectivas lunas. Estas producciones se rodean de un marketing exquisito, avalado por una extensa y dilatada campaña publicitaria que comienza posiblemente mucho antes de concluir la filmación. Un producto para ser consumido por cierto sector de la población mundial, generalmente juvenil. Aunque las “50 sombras” está concebida para un público adulto, para un público que está dispuesto a dejarse “penetrar” porque se halla necesitado de algún que otro azote en sus retinas.
                 Pero mi reflexión va encaminada en otro sentido, en una interpretación, podemos decir, algo distanciada de la narrativa del filme, al estilo de Bertolt Brecht, naturalmente, salvando las distancias. Supongamos que este pulcro joven ejecutivo, rodeado de comodidades, de lujos, y extensa fortuna, fuese, en esta versión que les propongo, un desarraigado a más no poder. El mismo chaval del filme pero sin patrimonio material de la humanidad; es decir, con una mano delante y otra detrás. Un joven instruido en la universidad de la calle. Sin oficio ni beneficio. Educado al cien por ciento con un poco de aquí y otro de allá; pero eso sí, con un amplio bagaje en los temas relacionados con las abrasadoras carnes (entre nosotros, el sexo). Este peculiar joven, apodado Greicito, pero identificado por sus allegados sencillamente G para ir directamente al grano, es un afanado coleccionista de látigos y le enardece las esposas de solo verlas; las esposas de los demás. G es poseedor de una chabola en lo alto de un barrio marginal. Cuatro paredes de madera reciclada y un techo de zinc galvanizado es toda la estructura que soporta su universo. Es un sometedor genuino de los pies a la cabeza. Disfruta llevando el control de la situación.
                 Por su parte la juvenil y angelical Anastasia acaba de graduarse recientemente en la facultad de Historia Arcaica, y un master (ahora está muy de moda), en alta cocina Ferran Adriá. Sus amigas la llaman Anita, porque Anastasia le ha parecido siempre nombre de princesita de dibujo animado, y ella, que se considera una chica “cool”, no se puede permitir semejante horterada de nombre. Así que Anita, que reside en una urbanización “cool”, viste “coolmente”, y se abstrae con “cooltura”, pensó que debía asomarse a uno de los barrios marginales para intercambiar conocimientos “coolinarios”. Y fue lo que hizo. Atravesó la ciudad y llegó al otro lado, donde los días son oscuros y las noches silenciosas luminarias que pasan por los ojos como vendavales de fuego.
                 En una esquina del barrio Salsipuedes, se encontraba G, apoyado en la pared de un bar, en espera de tiempos mejores. Anita pasó por la acera, a varios palmos de las narices de G. Una estela de “coolesaromas” dispersó la joven. G inhaló de golpe hasta esnifarse la última partícula de oxígeno de su alrededor. La esencia de Anita penetró en el interior de G con total influjo. A pesar de las apariencias, después de esta profunda aspiración, Greicito ya no fue el mismo. Por su parte Anita, con su mirada “cooltrante”, quedó prendada ante la imponente figura del torneado joven G. No debo dejar pasar por alto que Greicito, a pesar de su desmejorada posición social, cuenta con una percha envidiable, producto genes favorables, hábiles manos, y mejor imaginación; el hombre viste a la moda y con desenfado. Una escultura viviente de los bajos fondos.
                 La joven intentó pasar de largo, pero sus pasos la traicionaron, a medida que se acercaba a la altura del joven G, las pisadas se iban retardando. Cuando sus cabezas coincidieron, los cuellos se torcieron y las miradas se cruzaron intencionadamente. Ninguno de los dos pudo escapar del otro. Él miró con malévolo interés. Ella, con candidez matizada de malévolo interés igualmente. Ambos se sintieron malévolos espectadores, el uno del otro.
__ ¿Se le ha perdido algo por estos lugares? --preguntó él.
__ ¡Busco una dirección! --contestó ella.
__ ¡Si la puedo ayudar, señorita! --y el joven extendió la mano-- ¡Mi nombre es Grey, pero me llaman G!
__ ¡El mío es A……..! --no estaba del todo segura de cómo se debía presentar ante un hombre que no conoce de nada-- ¡Anastasia!
__ ¡Pero todos te llaman cariñosamente Anita! --respondió él.
__ ¿Y cómo lo sabe? –pregunto Anita.
__ ¡Yo solo sé que lo sé todo, y lo que no, me lo imagino! --respondió G con una rotundidad asombrosa.
__ ¡Ya veo! -- expresó Anita.
__ ¡Si me dice la dirección puede que le indique hacia dónde debe tomar la señorita para…….! –musitó G.
__ ¡Mire, la tengo apuntada en esta papel! –y se lo extendió.
__ ¡Déjeme ver……., sí, el “Centro Ferran Adriá”, no está lejos de aquí! --y con un movimiento de cabeza Greicito señaló hacia su espalda-- ¡Si le parece bien la puedo acompañar…….!
__ ¡No se moleste…….!
__ ¡No es una molestia para mí! ¡Vamos, que andando se quita el frio!
                 Anita no lo supo muy bien, pero continuó el rastro de Greicito. Ese día no, el otro tampoco, pero al siguiente, ella quedó con G o G con ella, daba igual, el virus de la avidez carnal había sido inoculado y viajaba a través de las arterias de los jóvenes. Se verían en casa de G. Él le estuvo comentando por teléfono de una variada colección de objetos antiguos que poseía, y ella, recién licenciada en antigüedades precolombina, no se lo pensó dos veces y aceptó. Lo que no sabía la inexperta Anita, la funcionalidad de la colección de Greicito.
                 Para no cansarlos, porque este escrito no pretende ser una versión libre de las “50 sombras” ni mucho menos, es más bien una reflexión mental sobre una enajenación temporal que he tenido días atrás, donde la deidad de los árboles frutales se me apareció en sueños y me dijo que escribiese sobre sexo, porque es un tema que normalmente para mí es un tabú, y nunca hago referencia al mismo; por un lado por simple puritanismo, y por otro, por un trauma sufrido en mi juventud, cuando paseando por el campo iba entonando una melodía, ¡no sé por qué diablos me vino la condenada canción a la memoria!, era: “¡Quién le tiene miedo al lobo, miedo al lobo, miedo al…….!”, y plaf, caí de repente en un pozo, como un gato engrifado intenté aferrarme a las paredes del asqueroso pozo con las piernas y las manos; pero nada, mis uñas arañaban las paredes y mis zapatos percutían, como “musicando” una desafinada des-composición, quiero decir, un compás fuera de revolución, y yo continuaba cayendo, y cayendo, y cayendo al vacío. En mi viaje a lo desconocido, y a pesar de la velocidad que llevaba, conté cuatro lagartijas en sus madrigueras, dos de ellas salían, y las otras dos entraban con algo en sus bocas, ¿alguien me puede ayudar?, gritaba desesperado, naturalmente que no pensaba que una lagartija fuese……., pero por si acaso yo gritaba; un par de ratas discutiendo acaloradamente por un cacho de pan duro; una hilera de hormigas, que producto de mi avalancha, salieron despedidas impulsadas por el rebufo de mi cuerpo. Una docena de las mismas treparon sobre mi nariz y las muy condenadas se quedaron como si nada en mis orificios nasales para salvar sus culos. Antes de tocar suelo, ya era un guiñapo, un adefesio, tallado y pulido por el nada cariñoso rose de las piedras contra mi carne. Al cumplir la mayoría de edad, por algún designio o señal, cayó en mis manos el libro del Marqués de Sade, y mi orientación sexual se vio expandida con creses. Dejé de ser el de antes, para no saber lo que soy ahora, pero, no debo pensar que está mal, ¡no!, todo cambio o transformación debe tomarse con positivismos. Si no lo hiciésemos de esta manera seríamos ahora unos fracasados en referencia a estos temas, y unos desmotivados e inadaptados sexuales, aunque para ello utilicemos instrumentos policiales y artesanales fustas. Estuve siete días incomunicado, entre el lodo y los mosquitos, que no paraban de zumbar y cagar en el interior de mis orejas.

CONTINUARÁ………………………….