martes, 22 de enero de 2013

“¿ES POSIBLE LA REGRESIÓN?”




                               
  
                 ¡Sí! ¡Directa y absolutamente digo sí! La regresión la tenemos peligrosamente en nuestros tobillos. Los acontecimientos venideros nos van señalando que nos encaminamos a una regresión desbocada y absoluta. ¡Todo el camino andado lo iremos desandando hasta llegar al comienzo de todas nuestras frustraciones! Este retroceso en la conciencia y en la vida cotidiana está condicionado por factores ajenos a nuestra voluntad pero que indisolublemente nos vemos avocados a los mismos. Lo delicado o traumático de esta situación “regresiva” parte del hecho de que lo enfrentaremos sin terapias y de manera consiente.
                 Estamos al límite. En un tope. Frente al muro divisor. Más allá no queda nada que no sea regodearnos en nuestras lamentaciones y humedecernos la vida con nuestros propios excrementos. ¿Entonces qué debemos hacer para salir de este círculo vicioso? ¡Debemos empezar de cero! Es la hora y el momento de fraccionar el presente para provocar la inevitable regresión que nos llevará a la luz y al comienzo de todo. Estas palabras que les formulo no van dirigidas a un hecho determinado, no, es la expresión de un proceso que incorpora cualquier contingencia de nuestras vidas privadas que naturalmente están influenciadas por la colectividad que llamamos eufemísticamente “sociedad”.            
                 ¡Es la hora de la regresión porque lo probado está degustado, digerido, y expulsado sin solucionar los problemas primarios que han marcado las últimas décadas! Puedo decir sin ninguna duda que el modelo estructural de sociedad ha caducado definitivamente. Y ha caducado porque lo han en marcado sobre un concepto cerrado sin opción a la improvisación y a la propia evolución de la llamada “sociedad”. Si la vida se encierra en un continuo y monótono divagar de los mismos esquemas, la raza se verá excluida de su propio ciclo evolutivo-cognoscitivo, al igual que el cuerpo que se rige por un axioma.
                 Ver la luz no es solamente permanecer en la claridad y contemplar las variadas tonalidades que nos presenta el día y la noche. La luz está en el cambio, y para llegar al cambio según están las cosas en nuestro mundo debemos una vez más partir sin continuar; partir hacia el comienzo. Soy consciente que un cambio provoca dolores estomacales y obstrucciones mentales; pero la única salida para continuar con la evolución es la regresión, no hay otra queridos amigos y amigas.