sábado, 20 de julio de 2013

"UN VERANO DE PALETAS"





CRÓNICA II.



                 Esta heterogénea cuadrilla la componen ocho afanosos currantes de la construcción, aunque no todos se dedican con la misma intensidad a esta labor generativa de los inmuebles y las obras públicas, pero este detalle es lo de menos en la historia que les quiero contar, porque mi intención es centrarme fundamentalmente en las emociones y el comportamiento de estas personas que posiblemente por azar del destino o disposición de otra naturaleza, los ha unido en esta determinada labor. ¡Y con toda razón se preguntarán quién soy yo para airear las intimidades de estos hombres, pues se los diré, yo soy un poderoso elemento que los acompaña durante su extenuante jornada, para que uno de los temas de conversación siga siendo el mismo y no pierdan la ancestral costumbre de repetir la misma frase!
__ ¡Coño que calor hace, se me están derritiendo las ideas! –vociferó uno de los currantes que no hace más que beber agua y pasarse la mano por su descentrada cabeza.
__ ¡Está bueno de tontada mascaflay, el pirineo de las cornisas y de la hipotenusa de la balaustrada hace que las neuronas sempiternas del mascanay no eyaculen en la pala del flahuer de tus aturdidas entendederas! ¿Me copias? –habló El compañero.
__ ¿¿Heeeeeeee……?? –preguntó algo desorientado El sediento.
__ ¡Flexiflauer del mascachoty deja de cimbrear la chola porque pronto veras enanitos verdes en el hormigón! ¿Me copias? –concluyó El compañero versado.
__ ¡¡Esta regla no tiene caída Hermenegildo!! –gritó el gruñón encargado de la obra al encargado de las relaciones públicas de la misma.
__ ¡¡No me grites que yo también soy jefe, y te doy una hostia que vuelves hacer la comunión por segunda vez!! –le contestó Hermenegildo con los ojos saltones de tanto mirar.
__ ¡¡Lo que vas aprender aquí de mí chaval, porque estás en pañales y no sabes nada de nada!! –dijo el jefe de obra llamado Antuan.
__ ¡Amigos calma, un poco de paz, lo que tienen que hacer es leerse el libro “En construcción”, escrito por el pedagogo Barraya, lo que no estoy seguro si Barraya se escribe con “y” o con doble “l”, pero es igual, no lo dejen de leer porque es un referente para nosotros los paletas! –habló  uno más del grupo cuyo apellido era Ramirencho.
__ ¡Si continúan así se morirán todos de un infarto, no pueden vivir con esa tención, mírenme a mí y tomen ejemplo! ¡D-e-s-p-a-c-i-o! ¡Des-pa-cio! ¡Las cosas hay que hacerla…..a………..su ti………..empo porque solamente tenemos un corazón! ¡Ahora estaría en una playa nudista relajándome……….! –el más veterano sabiamente habló con sólidos criterios.  
                                 Estos continuos diálogos se mantienen durante toda la jornada, más, menos, de esto, de lo otro, de aquello, de más allá; cualquier tema es bueno para que el trabajo se soporte con cierta distracción sin llegar a desconcentrarnos, porque nosotros “Los paletas del regimiento de caballería”, estamos entrenados para cualquier batalla y para cumplir con el deber. Estoy más que seguro que se preguntarán quién es este ser que quiere dejar constancia real de estos hechos. Pues les diré nada más y nada menos que no soy otro que el Sol que les da luz cada mañana, y permaneceré junto a ellos durante este productivo verano, y durante toda la jornada para que no se duerman en los laureles. ¡Lo siento amigos “paletas”, tendrán que soportarme estos meses! Vosotros seguirán repitiendo cada día “qué calor dios mío” y yo continuaré dándoles luz y energía, pero sobre todo, estaré con el oído fino para que las crónicas no falten en este cálido verano.
       

Continuará……………
Fotos: ARA.