viernes, 19 de julio de 2013

"UN VERANO DE PALETAS"






 CRÓNICA I.

                 La historia que deseo contarles es sumamente verídica, y se las iré relatando  al mismo tiempo en que se irá desvelando ante mis ojos. No haré de ella una apología almibarada o complaciente, sencillamente me dejaré llevar por los propios hechos que surgirán con el devenir de los días para ser justo y preciso con los mismos y con sus protagonistas, porque distorsionarla no es mi intención.  Esta entrañable historia se alimenta de las calles, del sólido y delimitado camino que pisamos cada día para que el siguiente amanecer no sea igual al anterior, para no olvidar lo mucho que hemos andado con estos extenuados pies por las aceras de nuestro pueblo. Y como toda historia tiene un principio, está comenzó precisamente el primer día del mes de julio de este tórrido verano del año dos mil trece, en una entrañable localidad de la mancha, en tierras de caballeros andantes como el fecundo y apasionado Quijote que nos colmó la cabeza de infinitas imaginerías, con el repiquetear del hacendoso río Alberche bañando la fértil comarca que en alguna época albergó al eterno andarín de todos los tiempos, al pícaro Lazarillo de Tormes que continúa en algún recodo del camino.
              Como mi narración ha comenzado con diecinueve días de retraso, haré una compilación de todo lo acaecido hasta el momento, para poner a los queridos lectores al tanto de los hechos que han motivado estos suculentos comentarios. Esta crónica relatará las vivencias de un grupo de aguerridos hombres encargados de rejuvenecer por métodos ancestrales la imagen bienhechora del sendero público, o lo que es lo mismo, una variada cuadrilla de albañiles, de “paletas”, que reformarán la muy esperanzadora e ilustre Villa de Escalona.

Continuará......................
fotos: ARA.