martes, 17 de diciembre de 2013

Hoy en la tarde después de ingerir un suculento alimento he tenido una revelación……………





¡Tengo ahora mismo ante mí unas cáscaras, mondas, etcéteras, de Mandarinas!
¡Hermosas mondas, hermosos residuos de Mandarinas que dentro de bien poco irán al cesto de la basura sin ninguna compasión!
¡La tarde va cayendo sobre mi portal, y mi estómago pronto depositará los restos de la amada Mandarina que hace un buen rato he disfrutado!
¡No, no depositaré los restos de la Mandarina en el portal, aún no estoy loco, lo depositaré en el retrete, pero la tarde va cayendo sobre mi portal, o mejor dicho, sobre mí magnífico y selvático portal!
¡No es que mi portal esté dentro de una selva, pero si tengo en mi portal un hermosísimo árbol de Mandarinas que va cayendo sobre mi cara y no puedo resistirme a comerme más de una Mandarina porque están muy buenas!
¡Y esta acción me hace recordar a la jugosa Mandarina que hace un buen rato he ingerido y que va siendo hora que la deposite con sumo cuidado sobre mi losa blanca de porcelana llamada inodoro!
¡Fea palabra para incluirla en esta alabanza a la sin par Mandarina que hace un buen  rato he ingerido y que estoy a punto de excretarla sin contemplación si continúo con esta alabanza a ella misma!
¡Mandarina de mis amores, zumo traidor que retuerce mis intestinos y no me deja otra opción que salir corriendo al…………..!
¡Oh, oh, Mandarina de los mil demonios!

nota aclaratoria: aunque en la foto salgan dos Kiwis, esto es alabanza a la Mandarina que hace un buen rato me he comido desde............