jueves, 4 de octubre de 2012

“PALABRA DE UN......................”




                       
                Cada cierto tiempo las promesas se vuelven a escuchar. No importa el continente, no importa el país, no importa el sistema, no importa nada. ¡Los candidatos a la presidencia de un estado “prometen y prometen que cumplirán hasta que ocupen el sillón presidencial”! Este eslogan es utilizado por todos aquellos que pretenden alcanzar el poder porque saben que es la formula segura para continuar embaucando al pueblo. ¡Son los ciudadanos que se sienten seguros con la reiteración de las anticuadas palabras utilizadas en campañas electorales!
                Se escucha con atención al actual presidente y al candidato a la presidencia, con la esperanza de que en este debate saldrá el germen del futuro salvador del estado. El uno, el que está en el poder, afirma que ahora sí hará lo que había prometido porque en estos cuatro años no le alcanzó el tiempo. El otro,  su oponente, promete lo que no sabe si podrá cumplir aún desconociendo las interioridades estatales. ¡Pero nada de esto es importante, porque el pueblo una vez más vuelve a caer subyugado por las promesas del primero que da su palabra de que “ahora sí”; o por la fuerza y la seguridad del segundo que se presenta como el mesías salvador!
                No importa el tipo de partido, el sistema electoral. Lo único que importa es “llegar al poder y después que el mundo se venga a bajo”. Ciudadanos de este mundo ojo cuando tengan que votar. Recuerden que sus vidas estarán hipotecadas por cuatro años en el mejor de los casos, porque en otros, se aferrarán en el poder y se inventará leyes, cambiaran la constitución, o crearan estatutos para gobernar indefinidamente. ¿Cuál es la formula? ¡No lo sé! ¡Pero este derecho constitucional y seudo-democrático es una falacia! No podemos estar en manos de unos seres que simplemente velan por los interese de los poderosos y de los suyos propios.
                Cuando se toma una decisión a nivel de estado es para mantener sus privilegios y nada más. La patria y la bandera la utilizan para que los amantes de los símbolos y de las insignias sientan que su tierra está en juego, pero no es así. ¡Nuestra patria es este planeta que no sabemos cuidar, y no una parcela de tierra que ha sido cercada y a la cual se le plantó un emblema! ¡Somos ciudadanos del mundo! ¡Un único planeta! ¡Una misma raza, porque por encima de todo somos “humanos”. Las divisiones de los territorios y de las culturas fue una creación de los potentados para mantener un mejor control sobre la plebe, que por desgracia para ellos somos mayoría. ¡Lastima que no estemos unidos! Nos han metido en la cabeza que debemos defender a la patria. ¿Contra quién, contra nosotros mismos? ¡No lo comprendo!
                Con el tiempo y algunos disturbios nos inventaron la palabra democracia para creernos que tenemos derecho a algo. ¡Tenemos derecho a continuar bajando la cabeza para que su estatus no decaiga! ¿Por quién votar? Pues posiblemente por nadie. El sistema está herido de muerte y los últimos coletazos se sienten en cualquier parte de este hermoso planeta. ¡No se dejen llevar por lo que siempre fue y no ha sido! ¡El que se resigna es porque no valora la vida!