domingo, 8 de julio de 2012

¡HEMOS PERDIDO LA CARA!



                Si me pongo a pensar, puede que últimamente las caras que veo en las calles no son las mismas. Un ejército de caras inexpresivas pasa a mi lado con máscaras de circunstancias. Son caras que no se detienen en su andar. ¡Si les preguntas! --¿Adónde van caras amorfas que han perdido su elasticidad?-- ¡Seguramente no responderán porque son caras que no escuchan! ¡Simples caras que se mueven por instintos mecánicos, que van perdiendo su objetivo con la llegada de la noche!
                ¡Seguramente se estarán preguntando dónde están esas caras que nosotros no vemos! ¡Es cuestión de poner un poco de atención y ver más allá de su condición de cara! --¡Colóquense en cualquier calle, solamente esperen! ¡Miren! ¿No se dan cuenta que son caras que han perdido su poder adquisitivo? ¡Sí, todo lo posiblemente factible se esfumó en pocos años! ¡Son las caras perdidas en el vacío de la clase media, que esperaba ser clase alta en algunos años más!—A estas caras se le ha quitado todas las esperanzas. Y una cara sin esperanza, es como una mañana sin luz.
                ¡Yo pensaba que esto era una cuestión de los demás; pero al mirarme al espejo recordé, que todos tenemos caras, y la mía no es una excepción! ¡Mi cara está vagando por el presente, y no encuentra otra cara que esté dispuesta a unirse a la mía para conformar entre todos la “unión de caras disconformes que luchan por ver un futuro de millones de expresiones sin ánimo de servilismo y con voluntad propia”, la hora de la mímica que se empeña por llegar al futuro!
                Si esto es un problema de cara, debemos echarle cara a los problemas, y no dejar a ninguna cara desprotegida. ¡Es la hora de aplicar la crema protectora en nuestro rostro para mitigar las malas condiciones climáticas que nos obstruyen los poros; pero todos al mismo tiempo, sin buscar el porque, sin preguntas ni comparaciones, olvidando quién es el primero en beneficiarse. Dejando a un lado los rencores y las rencillas de anteriores generaciones que nos condicionan el destino. ¡Si en mi casa, un pequeño detalle afecta la tranquilidad y la paz, tarde o temprano, continuarán en la tuya; hasta llegar a la última casa perdida en el sinfín del universo! ¡Las grandes conquistas comienzan por un hecho reiterado que perturba la serenidad de un gesto!
                Caras blancas o negras. No importa si es una cara de colores fuertes al nacer o es una cara manchada por el trabajo. ¡Es una cara como las demás! Caras armónicas, con marcas, dañadas por los años, caras olvidadas y no reconocidas, caras sin papeles, caras jóvenes, caras mutiladas, caras extrañas, caras perdidas, caras del pasado, caras que se repelan, caras vivas o muertas, caras civiles o expatriadas, caras que no recuerdo, caras políticamente incorrectas, caras enfermas, caras del espacio ingrávido, caras del ayer, caras sin nombres, caras católicas, caras musulmanas, caras profanas, caras de libres pensadores, caras apócrifas, caras hinduistas, caras tibetanas, caras con cicatrices, caras excomulgadas, caras gay y transexuales, caras apáticas o hepáticas, caras condenadas, caras que son testigo de Jehová o de cualquier pleito perdido, caras de payasos de circo, caras premiadas, caras televisivas y radiofónicas, caras libres o de libre comercio, caras esperpénticas, caras nubladas, caras duras, caras y más caras; porque la cara, es el espejo del alma.

FOTOS: ARA Y MANDY.