martes, 9 de octubre de 2012

¡LA CRISIS ES BUENA!




                Parecerá una sátira pero creo con toda seguridad que la crisis es buena para España. ¡Sin duda alguna pondrá en su sitio muchas cosas que debieron estar en orden desde hace mucho tiempo! ¡La democracia española está en un período de transición desde la instauración de la misma y este puede ser el momento para continuar con los cambios!
                 La crisis en España ha golpeado a la clase media. En poco tiempo los trabajadores han perdido muchos de los logros laborales alcanzados con sacrificios. Han perdido su razón de ser, y por ende el sustento para mantener a sus familias. Una familia que cumple una función sumamente importante en cualquier nación; es el eje central de la sociedad. El estatus nacional oscila en una cuerda floja sobre un precipicio, y los cimientos del país se hunden porque el motor impulsor, ha dejado de ser el centro para darle paso a una nueva clase poderosa; la clase política.
                 De forma directa o indirecta se han visto afectados los pensionistas, las amas de casa, los jóvenes, los dependientes por motivos físicos o de exclusión social. ¡¡Todos los que no portan en sus bolsillos una economía boyante!! ¡Y así comenzó la crisis! ¡Una crisis monetaria o económica que dio paso a una crisis institucional que ha dividido aún más al país! Por esto digo que esta crisis es buena, porque sin saberlo los gobernantes, han allanado el camino para que el pueblo, después de muchos años y muchos votos perdidos, se den cuenta que esta fórmula democrática camina con cierta cojera. Y para salir a la luz muchos temas y conceptos que hasta ahora se perdían en un tupido velo engañoso. Estaban ocultos bajo una ceguera condicionada por los años de bonanza.
                 No solamente piden en la calle una apertura política y social. Piden un cambio en la estructura del sistema. Que una vez y por todas se hagan las listas abiertas para que el pueblo elija a las personas que deseen que les representen en el congreso. Para que el país deje de ser una democracia de a dos (de los dos partidos que se pasan el poder por la repartición de votos) ¿Y por qué no? ¡Para una modificación de la constitución! ¡Porque los años pasan, y lo que en un tiempo fue positivo, ahora está obsoleto!
                 El pueblo da su confianza cada cuatro años a un gobernante para liderar el país, no para hacer de él una tribuna política donde vocifere sus intereses partidistas. ¿Si este elegido no cumple con sus promesas electorales se le puede llamar gobernante legítimo? ¡Posiblemente no! ¡Cuatro años es un período muy largo para una corta vida! De cualquier manera el país de ciegos, por la gracia de la crisis ha abierto los ojos. Ahora será difícil que las cosas continúen de la misma forma. El período de transición democrática terminó y la nueva clase gobernante tiene un problema muy gordo. ¡Están sordos! ¡No escuchan que a sus pies hay un reloj que va marcando el tiempo! ¡Silencio, pronto darán las últimas campanadas!