Tengo un presagio.
Puede que sea descabellado o no, pero es una teoría que me ronda la cabeza
desde que supe la noticia del desastre aéreo en Francia. Una lamentable tragedia,
que como muchas otras jamás debió de ocurrir. Han fallecido demasiadas personas,
inocentes víctimas del destino o de la mano número tres. La Tercera Mano es la
responsable de este atentado, porque no se le puede llamar de otra manera, un
atentado en toda regla con toda la intencionalidad. Estas personas han dejado
de existir producto de algún sinuoso motivo, y siento pavor por la tranquilidad
y la conformidad con la que son aceptadas cada una de las nuevas notificaciones
lanzadas al mundo. Porque yo no creo, no creo ni dejo de creer en las versiones
“oficiales” sobre el tema.
El co-piloto. El co-piloto es
la clave de la tragedia, el único culpable de la misma. La grabación hallada en
la caja negra del avión así lo demuestra. Una respiración, una puerta que se
cierra, golpes sobre la misma, alguien que ha salido con anterioridad de la
cabina e intenta entrar nuevamente. ¡Sí, lo sé, mis pensamientos vuelan con
demasiada prisa y veo fantasmas don no los hay!
La investigación continúa su
curso. Ahora con una diseñada línea de investigación. Registro en las dos
viviendas del co-piloto Alemán, el provocador del caos.
Hay que desentrañar minuciosamente el pasado. Una investigación llevada a cabo
por el gobierno de Alemania, con la cooperación del país de la catástrofe,
Francia, y del reino de España, donde partió el avión y donde se han
contabilizado 50 fallecidos de dicha nacionalidad.
Pues bien, este joven piloto
es una caja de sorpresa. Lleva en la compañía aérea desde 2013, y más bien se
sabía bien poco de él, a pesar de haber superado numerosos cuestionarios con psicólogos
y especialistas para poder pilotar un avión; pero no importa, ahora ya sabemos
que pie es el que calza. Dicho joven se puede decir que es obsesivo-compulsivo,
y esta deslumbrante inclinación la canaliza con la práctica de deportes, y como
señala el escudriñamiento, lo hace de manera constante y pasmosa. Se halla bajo
tratamiento médico y baja facultativa, que la ha ocultado a su compañía. Posee
una amplia y variada colección de aviones. Es una especie de lobo solitario, lo
cual muestra que se pueden contar sus amigos con los dedos de las manos. Su novia
hace poco lo ha dejado, lo cual indica que está pasando por un agudo proceso
sentimental. Desequilibrado, con personalidad fluctuante e inestable. Inseguro,
indeciso, callado, traumas no confesos, medicado, absorbente, soñador, etcétera,
etcétera, etcétera. En fin, una joya de la aeronáutica civil.
Y yo me pregunto, ante esta
variada evidencia, por qué este hombre volaba. ¿Por qué llevaba sobre sus
hombros una responsabilidad tan grande y delicada? ¿No será que la historia es
otra? ¿No será que se necesita cuanto antes de un final porque la opinión pública
debe ser apaciguada? Puede ser que sí, y puede ser que no, pero el tiempo corre
en contra, y si la verdad no emerge por su propia voluntad, se cuenta con
flotadores de emergencias para conducirla hacia tranquilas y convenientes aguas.
Por último, si la naturaleza de
este joven no es de fiar, y sus instintos permeables, no puede caber la
posibilidad que antes de tomar el vuelo, desde tierra, el joven co-piloto con
problemas de inestabilidad haya sido “hipnotizado” por la tercera mano. ¡Eso
es, La Tercera Mano! Y no es una broma, demasiadas e inocentes vidas han sido
mutiladas, y la auténtica verdad debe percibir la luz por el bien de los
familiares y de la propia humanidad. Tarde o temprano…….