Estuve pensando en una fórmula
capaz de terminar con mi obsesión por alcanzar o lograr cosas absurdas que no
conducen nada más que al descontrol y a la pérdida de la verdadera razón por la
que vine a este mundo. ¡Déjenme decirles que aún no he logrado crear mi fórmula
pero voy por buen camino! Lo primero para obtener dicha fórmula esperada es
despojarnos de cualquier “elemento interferente”. Se le llama “elemento
interferente” a todo aquello creado por la mano del hombre para producir
placer. ¡No entiendan mal! ¡Me refiero al placer intrínseco que se adquiere por medio de la
remuneración económica no profesional! ¡No entran los locales de alternes ni
clubes de carretera que el intercambio es mutuo y capacitado! ¡Uno recibe en
estos espacios placer pagando por ello, y otros entregan su cuerpo por la recompensa
económica dada, no, hablo de las cosas que compramos con el dinero de manera
abstracta!
Les podrán parecer confusas
estas definiciones tan incoherentes pero nos conduce a la concienciación de la perdida
de nuestra naturaleza. ¿Se han puesto a pensar la cantidad de defecaciones que
adquirimos con el simple hecho de aceptar por válido todo lo que se nos ofrece?
¡Mucho! ¡Demasiado! ¡Pero ahora no me voy a poner a enumerarlas una a una con
el poco tiempo que tengo y las muchas obligaciones que no me dejan en paz y a
las que debo enfrentarme para intentar subsistir en esta sociedad alinea! ¡Son
demasiadas e infinitas para este análisis que aún no he concretado! ¡Recuerden
que todavía no he logrado las coordenadas de mi fórmula! ¡Llegaré a ellas se lo
prometo pero antes debo tener tiempo para pensar! ¡Un poco de tiempo, pero un
tiempo puro, límpido de todo resto de actualidad!
Este es mi conflicto porque por
lo demás tengo bien amarrada la fórmula. Cuando salga a la luz mis teorías la
sociedad comenzará por el camino correcto. Muchas de las presentes actuaciones
cambiaran el rumbo de este siglo, y posiblemente del próximo, nada más debemos
esperar y yo tener tiempo. ¡Si pudiera comprar el maldito tiempo que no tengo!
¡Sí sé que puede ser contradictorio porque pagaría por un servicio que
objetivamente pudiera entrar en los “servicios no profesionales”! ¡Yo compro
con mi dinero tiempo! ¡Todo muy bien! ¿Pero qué tiempo? ¿El que le sobré a quien?
¿No ven aquí está uno de los factores que impiden puntualizar una fantástica idea?
¡Esto del tiempo debería estar subvencionado por el estado!
Continuará...........
Fotos :ARA.