¡Sí! ¡Directa y absolutamente
digo sí! La regresión la tenemos peligrosamente en nuestros tobillos. Los
acontecimientos venideros nos van señalando que nos encaminamos a una regresión
desbocada y absoluta. ¡Todo el camino andado lo iremos desandando hasta llegar
al comienzo de todas nuestras frustraciones! Este retroceso en la conciencia y
en la vida cotidiana está condicionado por factores ajenos a nuestra voluntad
pero que indisolublemente nos vemos avocados a los mismos. Lo delicado o traumático
de esta situación “regresiva” parte del hecho de que lo enfrentaremos sin
terapias y de manera consiente.
Estamos al límite. En un tope.
Frente al muro divisor. Más allá no queda nada que no sea regodearnos en
nuestras lamentaciones y humedecernos la vida con nuestros propios excrementos.
¿Entonces qué debemos hacer para salir de este círculo vicioso? ¡Debemos
empezar de cero! Es la hora y el momento de fraccionar el presente para
provocar la inevitable regresión que nos llevará a la luz y al comienzo de
todo. Estas palabras que les formulo no van dirigidas a un hecho determinado,
no, es la expresión de un proceso que incorpora cualquier contingencia de
nuestras vidas privadas que naturalmente están influenciadas por la
colectividad que llamamos eufemísticamente “sociedad”.
¡Es la hora de la regresión porque lo probado
está degustado, digerido, y expulsado sin solucionar los problemas primarios
que han marcado las últimas décadas! Puedo decir sin ninguna duda que el modelo
estructural de sociedad ha caducado definitivamente. Y ha caducado porque lo
han en marcado sobre un concepto cerrado sin opción a la improvisación y a la
propia evolución de la llamada “sociedad”. Si la vida se encierra en un
continuo y monótono divagar de los mismos esquemas, la raza se verá excluida de
su propio ciclo evolutivo-cognoscitivo, al igual que el cuerpo que se rige por
un axioma.
Ver la luz no es solamente
permanecer en la claridad y contemplar las variadas tonalidades que nos presenta
el día y la noche. La luz está en el cambio, y para llegar al cambio según
están las cosas en nuestro mundo debemos una vez más partir sin continuar;
partir hacia el comienzo. Soy consciente que un cambio provoca dolores
estomacales y obstrucciones mentales; pero la única salida para continuar con
la evolución es la regresión, no hay otra queridos amigos y amigas.