Estuve reflexionando de una
manera simple y mundana de por qué un programa de la radio pública ha perdido
audiencia de esta manera tan comprensible. ”El día menos pensado” es un ejemplo
práctico de lo que no hay que hacer. Su conductor, un profesional abrumado por
las apariencias y la obligatoriedad de cumplir con un contrato en defensa de los
intereses gubernamentales, se encuentra perdido y ahogado, y cuando hablo de
ahogado lo digo literalmente, su respiración ante el micrófono es tan
estruendosa y agitada, que deja mucho que desear para los oídos de los
escuchantes (aunque lo negó ante la audiencia esta persona debe fumar o
mantiene ocultas desazones sexuales). H.H. es un “profesional” porque el tiempo ha pasado por él, pero no su
persona por los conocimientos, su fuerte es apoyarse en una broma para ocultar
la falta de habilidad y sapiencia, utilizando como recurso fundamentalmente a
la gastronomía. --¡El día menos pensados nos tomamos un vinito, esta tapa,
probamos aquello de más allá!-- Es su método más eficaz. Con las llamadas de
los oyentes me parece una rotunda falta de respeto, está constantemente
apresurando por falta de tiempo, que hay muchos que desean intervenir, que sean
breves para que todos participen. Si falta tiempo la culpa es suya porque
siempre está prometiendo y prometiendo y no cumple con los minutos de la
sesión, y si el tema es candente en la tertulia, por algún acontecimiento
relacionado con el gobierno, se inventa cualquier ilógica entrevista para no
pillarse las manos. Lo importante no es la cantidad de oyentes en participar
porque muchos no entraran en antena por los breves minutos que se destinan a
este escueto espacio, lo revelador es que se participe, pero sin prisas, sin agobios,
se pasa todos el espacio pidiendo que por favor sean breves, no, lo importante
es que los escuchantes planteen sus ideas, pero en su totalidad, porque usted sinceramente
no les escucha por que no se identifica con los mismos, pero se llena la boca
para afirmar que esta es la radio de todos, en fin, como usted dice, me pongo
en su lugar o en su piel, no señor H.H., usted no se pone en la piel de nadie,
porque no trasmite entrega hacia los problemas sociales, por esto, y entre
otras cosas la audiencia se marcha a otras emisoras, que, aunque pongan
demasiada publicidad, son consecuentes con la situación nacional.
Qué decir del erudito
caballero de la quinta pregunta, una quinta pregunta, una pregunta con
respuesta prevista, programada, y apoyada por los contertulios, que dejan con
la mayor sinceridad, mucho que desear como contertulios. No es posible que
estos parlantes opinadores, que se supone deban ser objetivos, porque sobre
todo cobran de la radio pública que sufragamos todos, se inclinan ligeramente
hacia los intereses del gobierno, pero sin embargo en otras tertulias, porque
se repiten más que el ojo, y están hasta en la sopa (alabanzas alimenticias
para estar a la altura de Manolo), actúan en dependencia de quién les pague, esto
no es más que una especie de prostitución, y nada honesto, pero puede que sí en
la marca España. De esta manera el de la quinta pregunta practica “el
distanciamiento” (ver B. Brecht) es un comprometido cuando asiste a la
televisión (la sexta) y en la radio “pública” literalmente no se moja, será mejor
que continúe nada más que con los clásicos populares, que él es muy popular.
De Mara puedo decir que es una
joven con una personalidad nada definida ante el micrófono, y no por la falta
de experiencia o de la tan nombrada profesionalidad, que no es otra cosa que
dejar que el tiempo pase y pase por la vida del conductor o periodista hasta
tomar un nombre. Esta joven mantiene una complacencia servil, hacia el jefe, y
tal parece un sencillo objeto decorativo que no piensa, que solamente ríe y
sonríe, para mantener complacido a Don Manuel H.H. Una cosa es la educación y
el respeto, y otro el culto, El Don, está fuera de lugar en estos años en que
el comer está por encima del personaje, sea quien sea.
Por esto, y por otras cosas
que según recuerde se las iré mandando, es que la audiencia ha variado en
contra vuestra, a estas altura se ha conformado una consciencia que podemos
llamar de alerta, porque han sido muchos los engaños y fraudes que estamos
experimentando, y hace que nada nos sea ajeno. Con toda sinceridad espero que
el tiempo transcurra, porque cambiar no lo va hace su programa y usted aunque
diga cómo el gobierno que está trabajando en ello. Otra cosa. Usted no opina, o
no puede opinar cuando un oyente le pide su parecer por este tema u otro, no lo
hace porque su moral, y bla, bla, bla, pero cuan algún oyente se refiere a algún
elemento o integrante de la cúpula estatal, usted plantea que no comparte su
opinión, cómo son sus principios, puede o no dar su punto de vista respecto a
estos temas. Un saludo y esperamos que siga acumulando espirituales bajas.