Sin lugar a dudas de ningún
tipo y especie, soy un ser anormal, pero en el más amplio y variado de los
sentidos, contemplando que los referidos sentidos son infinitos y que dos
sencillos folios no son suficientes para enumerarlos. Como ser llamativamente
ilógico dentro de esta inmensidad existencial, no encuentro cabida, plaza, para
mis reiteradas incongruencias, pero aun así intento acomodarme, o lo que es mejor,
amoldarme al presente, a mis vecinos, al común de los mortales, y al planeta
que me reduce con su machacona gravedad. No es fácil ser catalogado un
espécimen desorientado y fuera de la normalidad de estos tiempos que me ha
tocado vivir. He pensado mucho, demasiado, y la conclusión siempre es la misma,
soy el único culpable de esta inaudita situación que me invade en las horas más
delicadas del día y de la noche, y no sé muy bien cómo salir de esta vorágine
que se me viene encima.
A veces, o la mayoría de las
mismas, pienso que mi manera de conjugar, de acomodar, de orientar las palabras
no son las más acertadas dentro de un entorno armónico, porque me siento, y sin
ninguna pizca de acritud, espécimen en extinción, y sin esperanza de continuidad
dentro de cualquiera de los entornos posibles. Por ejemplo estas frases que
intento hilvanar con raciocinio, no llegarán a vosotros de la manera que las he
pensado, porque son incongruentes y faltas de cualquiera de los sentidos, y
como nada puedo hacer al respecto, he tomado la decisión de ser seriamente
estrambótico en los mensajes que pretendo difundir, y para comenzar, no haré
mención del tema que todos hablan, sí, de ese que están pensando, ese tema, el mismo,
pero que no puedo mencionar porque si no dejaría de tener sentido lo que digo y
pasaría a ser una persona con intenciones fraudulentas que pretende pasar por
irracional cuando en el fondo no soy más que un sensato empedernido que busca
notoriedad dentro de un universo que no le pertenece pero que intenta dominar
con vocablos inconclusos que no dejan la menor tentativa para que los demás,
contando con los menos y los más, alcancen el sentido diferencial de la esencia
contagiosa dentro de una estampa anquilosada de miramientos extrovertidos por
encima de conjeturas mal formadas en una región determinada de esta y de las
otras malformaciones predeterminadas, que me llevan a una consumación de los
propósitos incluidos en las primeras y determinadas etapas de las regiones en
las que habito, por esta, y por las demás intrepideces, seré normal, al menos dentro
de mi genética anormalidad consumada.