"COSTUMBRES ARRAIGADAS"
Cada país posee sus
propias costumbres que están arraigadas en lo más profundo de su idiosincrasia y
cultura. Si desde una posición lejana observamos estas manifestaciones,
seguramente quedaríamos muy sorprendidos, pensando que la nuestra es la auténtica
y que las demás son risibles; pero no es así. Todas soportan su historia y su
verdad, en esto radica la tolerancia.
Podemos citar la
gastronomía, pero la gastronomía en toda su expresión. Para muchos países los
platos comestibles de otros son vomitivos, y carecen de elaboración y
complejidad, lo mismo ocurre de forma contraria.
Si nos referimos al menú
carnívoro alucinaríamos con tan amplia variedad. Como dice el proverbio chino,
“todo lo que se arrastra, camina, nada y vuela, se come”, y es una verdad
absoluta. Si comemos carne vacuna, porque no cocodrilos, monos, roedores y aves
diversas.
El límite está en la
mente y en los siglos vividos sin estas costumbres. En la mayoría de los países
el cerdo es un alimento cien por ciento utilizado; “todo, absolutamente todo se
come”. En cambio en otros países sería un pecado su ingesta; y no son puntos de
vista opuestos, es creencia y convicción. Ejemplos hay muchos en todo el
planeta.
Creo que debemos
degustarlo todo, porque a mayor variedad, mayor conocimiento del mundo que está
a nuestro alrededor. ¡Sí, es posible que el paladar tenga un límite, pero todo
es probar! ¿Quién sabe si después nos gusta lo probado? ¡No se puede escuchar al
nacionalismo radical que afirma que sus productos y su mesa es la mejor! ¡Es
completamente falso! La verdad no existe, en todo caso habría que inventarla con
la aportación de todos.
¿Es posible que algún
día estas diferencias en la gastronomía unifiquen a los países, y las rencillas
queden a un lado? ¿Sería posible que todos nos sentemos a la mesa para degustar
lo de cada cultura? ¡Pero cuando digo todos, me refiero a los que aún hoy no
tienen que llevarse a la boca!