Es posible que
todos nos reconciliemos en algún momento de la historia. Acumular
los lamentos y las culpas no conduce a que la puerta abra. ¡Si todos,
y digo todos; los blancos, los negros, los chinos, los azules, y marrones.
Los católicos, musulmanes, judíos, induistas, masones, libres
pensadores, laicos, santeros, paleros, reformistas y conformistas.
Los amorales y conservadores. Los profanos, comunistas, idealistas, zapatistas
y zapateristas. Los que creen en las apariciones Marianas y en los
Marianos. En la utopía y en las conservas. En el pasado y el presente. Los
de izquierda y los de derecha. Los de proa y los de babor. Los de arriba,
debajo y al centro. Los utárquicos, republicanos, monárquicos y defensores
de animales. Los fidelistas, gusanos, balsero, los que nunca llevaron
barbas y los que no son castristas. Los hombres y no tan hombres. Los débiles y
moderados. Los pro-europeistas. Los de Alaska y el amazona. Los listos e
inventores. Los de África, que al parecer ellos nunca han estado en crisis. Los
músicos, deportistas y banqueros. Los ahorradores y ladrones. Los dictadores,
los que están muertos y los que continúan dando por el culo. Los
oportunistas que esperan a que salte la liebre para mover ficha. Los
del béisbol y los del fútbol. Americanos, europeos, asiáticos,
australianos, oceánicos. Los que dicen que antes era mejor, los que llevan
bastones, los que van en camiseta. Los gay que al parecer para algunos son una
lacra. Los que llevan sotanas que luchan contra la lacra porque son puros. Los
insectos y los depredadores. Los diferentes del mundo uníos. Los ricos,
para que dejen algo a los miserables. No los que acumulan miseria, no, a los
que de tanta pobreza, no están ni censados. Qué pudiera decir para que no
falte nadie. Los protozoos, plancton y organismos unicelulares. ¡Si todos
nos reconciliáramos seguramente las multinacionales,
trans-nacionales, y espaciales de la industria farmacopea, dejarían de
vender aspirinas!