Los argentinos se han arrojado a la calle.
¡Bien hecho! Desde el anterior mandato debieron hacerlo. El esperar una nueva
legislatura y repetir la opción anterior es un suicidio, pero siempre el pueblo
vuelve a caer en sus errores. No solamente Argentina. En el continente
americano sobran los ejemplos de gobernantes que se implantan en el poder como
el falso cabello en el cuero despejado. ¡Ahora no queda otra que bailar un tango! Pero
como los demás ciudadanos del mundo los argentinos sabrán salir de esto más
fortalecidos. ¡Digo los argentinos, el pueblo, no los que intentan gobernar con
palabrejas anquilosadas!
Desde Europa, América, Asía, o
cualquier continente los desvalidos son siempre los mismos. Estoy seguro que en
algún momento de la historia nos unificaremos en la poderosa fuerza de los
miserables y todos juntos bailaremos un tango arrabalero para barrer con las
injusticias y los despropósitos de los que intentan dividirnos. Cuando nos
demos cuenta que un venezolano, italiano, chileno, dominicano, chino,
australiano, cubano, español, etc., somos lo mismo, con toda seguridad
llevaremos el control de la situación. Estamos desprotegidos y desposeídos de
nuestras identidades. La única identidad posible es ser una sola raza. Lo demás son
falsas fronteras instauradas por los poderes. Seguramente que una persona de la
calle no le importaría ser ciudadano del mundo.
¡Quiero bailar un tango con los
argentinos y no con la argentina! ¡Quiero ser como ellos, como los que van a la
calle para defender un derecho porque la infamia le pisa los talones! ¡Quiero danzar
con las manos unidas por encima de fronteras y pronunciar palabras al
viento sin importarme, y sin importarles los fonemas expuestos! ¡Quiero tomarme
un mate, sí, un mate aunque su sabor no me sea cercano, pero acompañado y no en
soledad! ¡Quiero decir “che”! ¡Quiero decir “vale”! ¡Quiero decir “ok”! ¡Quiero
decir amigo! ¡Sí, aunque no haya nacido en la argentina me considero argentino
de este mundo, la tierra de todos, la que nos dejó crecer aunque los mares o una
bandera nos intenten dividir! ¡Soy un ser que piensa, y al pensar creo que
tengo mi derecho a elegir donde quiero instalar mis píes para descansar o para
morir! ¡Cuando nací no tuve la alternativa de ejercer mi derecho, pero con los
años y el sufrimiento nos hemos merecido la paz! ¡A las calles todos para bailar un
tango sin importarnos quién será nuestra pareja, sin importarnos el idioma o el
tiempo propuesto! ¡Inclusive, no importa si lo que bailemos sea un vals!