CRÓNICA II.
Esta heterogénea cuadrilla la
componen ocho afanosos currantes de la construcción, aunque no todos se dedican
con la misma intensidad a esta labor generativa de los inmuebles y las obras
públicas, pero este detalle es lo de menos en la historia que les quiero contar,
porque mi intención es centrarme fundamentalmente en las emociones y el
comportamiento de estas personas que posiblemente por azar del destino o
disposición de otra naturaleza, los ha unido en esta determinada labor. ¡Y con
toda razón se preguntarán quién soy yo para airear las intimidades de estos
hombres, pues se los diré, yo soy un poderoso elemento que los acompaña durante
su extenuante jornada, para que uno de los temas de conversación siga siendo el
mismo y no pierdan la ancestral costumbre de repetir la misma frase!
__ ¡Coño que
calor hace, se me están derritiendo las ideas! –vociferó uno de los currantes
que no hace más que beber agua y pasarse la mano por su descentrada cabeza.
__ ¡Está
bueno de tontada mascaflay, el pirineo de las cornisas y de la hipotenusa de la
balaustrada hace que las neuronas sempiternas del mascanay no eyaculen en la
pala del flahuer de tus aturdidas entendederas! ¿Me copias? –habló El
compañero.
__ ¿¿Heeeeeeee……??
–preguntó algo desorientado El sediento.
__
¡Flexiflauer del mascachoty deja de cimbrear la chola porque pronto veras
enanitos verdes en el hormigón! ¿Me copias? –concluyó El compañero versado.
__ ¡¡Esta
regla no tiene caída Hermenegildo!! –gritó el gruñón encargado de la obra al encargado
de las relaciones públicas de la misma.
__ ¡¡No me
grites que yo también soy jefe, y te doy una hostia que vuelves hacer la
comunión por segunda vez!! –le contestó Hermenegildo con los ojos saltones de
tanto mirar.
__ ¡¡Lo que
vas aprender aquí de mí chaval, porque estás en pañales y no sabes nada de nada!!
–dijo el jefe de obra llamado Antuan.
__ ¡Amigos
calma, un poco de paz, lo que tienen que hacer es leerse el libro “En
construcción”, escrito por el pedagogo Barraya, lo que no estoy seguro si Barraya
se escribe con “y” o con doble “l”, pero es igual, no lo dejen de leer porque
es un referente para nosotros los paletas! –habló uno más del grupo cuyo apellido era Ramirencho.
__ ¡Si continúan
así se morirán todos de un infarto, no pueden vivir con esa tención, mírenme a
mí y tomen ejemplo! ¡D-e-s-p-a-c-i-o! ¡Des-pa-cio! ¡Las cosas hay que hacerla…..a………..su
ti………..empo porque solamente tenemos un corazón! ¡Ahora estaría en una playa
nudista relajándome……….! –el más veterano sabiamente habló con sólidos criterios.
Estos continuos diálogos se
mantienen durante toda la jornada, más, menos, de esto, de lo otro, de aquello,
de más allá; cualquier tema es bueno para que el trabajo se soporte con cierta
distracción sin llegar a desconcentrarnos, porque nosotros “Los paletas del
regimiento de caballería”, estamos entrenados para cualquier batalla y para cumplir
con el deber. Estoy más que seguro que se preguntarán quién es este ser que
quiere dejar constancia real de estos hechos. Pues les diré nada más y nada
menos que no soy otro que el Sol que les da luz cada mañana, y permaneceré
junto a ellos durante este productivo verano, y durante toda la jornada para
que no se duerman en los laureles. ¡Lo siento amigos “paletas”, tendrán que
soportarme estos meses! Vosotros seguirán repitiendo cada día “qué calor dios
mío” y yo continuaré dándoles luz y energía, pero sobre todo, estaré con el
oído fino para que las crónicas no falten en este cálido verano.
Continuará……………
Fotos: ARA.