Se ha detenido el tren en la
misma nada. No avanza. Sus vagones cargados de seres humanos se hallan
expuestos a la opinión pública. Al ver las imágenes en las noticias me producen
una conmociono histórica, y sin quererlo y queriéndolo, en mi cabeza se engendra
la duda, ¿hemos vuelto al pasado? ¿Alemania……., los judíos…….? ¡Qué Dios, Alá,
Mahoma, Buda, y la corte celestial al completo no lo quiera! ¿Qué está
sucediendo en este sistema en el que vivimos para que ocurra esta ignominia?
Pues nada. El mundo en el que pernoctamos posee un inmovilismo rancio, escalofriante,
paranoico en extremo, y solamente somos capaces de “recordar” cuando se nos
pone una foto en las mismísimas narices. En el siglo de las democracias tecnológicas
y desarrolladas no deberían existir estos desequilibrios. ¡Cuánto ha impactado
la foto del pequeño sirio a los pies del mar! ¡Mucho! ¡Hasta el punto de que la
vieja Europa ha bostezado! Y no es que la muerte del pequeño les halla avivado
sus adormiladas conciencias, ¡no!, es que la minoría de “zarrapastrosos” que
intentan invadir los jardines de palacio con sus miserias, terminarán siendo una
deslumbrante mayoría de humanidades; y las formas hay que mantenerlas porque
somos políticos de raza, y las elecciones, y el sillón del poder, y los viajes,
y mi ego……. ¡A la mierda la Europa entera con todos sus euroacomodados, sus
pactos, sus nefastas negociaciones, sus desfasados protocolos, y sus flemáticas
indolencias! ¡El planeta, desde hace una eternidad, se encuentra en coma cerebral,
y necesita urgente a un líder, a un “humano” que mutile las desvergüenzas que
están desperdigadas por la tierra!
Estos actuales hechos, los de
otros continentes, los de hace cinco, de veinte años, o los ocurridos en el
siglo pasado, se veían venir. En algún momento ocurrirían, similares u
opuestos, ¿qué más da?, el fin continúa siendo el mismo, someter al más débil
para que ni siquiera intente un mísero sueño. La tercera guerra mundial está en
marcha, es obvia, pero en esta ocasión las armas son bien distintas, aunque las
tradicionales permanezcan agazapadas por si hiciesen falta. Una guerra, ya no
por la conquista del fuego, sino por la conquista del “pan”.
Esta Europa es un fracaso, un
negocio mal llevado para los intereses de la colectividad, pero rentable para
una minoría que se aferra al poder con el propósito de obtener considerables beneficios.
Hay veces siento grima, otras turbación, pero la mayoría de las veces lo que me
invade es una rabia incontenida. Demasiada rabia al percibir a los gobernantes
de los diferentes países de la comunidad europea rindiendo culto a uno de
ellos, a un país que se está llenando los bolsillos a costa de esa inmensa mayoría
de contribuyentes, que nadan, nadan, nadan……., y no salen a flote por mucho que
braseen. Los que gobiernan este país, el tuyo, o cualquier otro, no merecen el
traje y la corbata que llevan. Como diría la pitonisa Lola, son todos unos: ¡Mamarrachoooooooos!
Y el conflicto de los
refugiados. Contradictoria definición para especificar dicho conflicto, “refugiados”,
la que se les da a esas miles de personas varadas como ballenas en los andenes,
en las calles, en la quimera misma en espera de una mierda de documento, de un
papel que les permita continuar, para atravesar la maldita frontera en busca de
paz, de alimentos, de esperanzas, o de lo que les de su real gana. ¿Refugiados
de qué? Si somos libres por decreto de la Organización de Naciones Desunidas,
para qué coño tenemos que pedir permiso al atravesar un cacho de tierra, ¡¡A LA
MIERDERÍA TODOS!!(Parafraseo y versiono a Fernando Fernán Gómez). Puede que
algunos, o que varios, no sean santos, nosotros tampoco lo somos, pero merecen
un respeto en nombre de nuestra raza, la única existente, la que puebla hasta
ahora este caos en el que vivimos.
Y mueren y mueren……., continúan
muriendo miles, centenares de sirios, de israelitas, o de ucranianos. Gaza es
un polvorín. Sudán del Sur un antro. Nigeria una total calamidad. Y si
cruzásemos el charco, la aerodinámica América no quedaría fuera de esta
estadística. América es un proyecto en vía de “desmantelación”, y supongo que
algo habrá que hacer. Los muertos se nos vienen encima, y parte de culpa la
tenemos todos, comenzando por mí. ¿Qué estoy haciendo yo? ¡Nada! ¿Escribir lo
que pienso? ¡No es suficiente! Cuando se termina perdiendo la vida por
inanición, por falta de medicamentos, por legendaria hambruna, por una bomba o
metralla intencionada o mal dirigida, el tiempo es sustancial, no caben reuniones
que terminaran en nuevas reuniones, que a su vez marcaran la próxima estrategia
de la subsiguiente cumbre de los países…….bla, bla, bla, para el futuro año, con
la intención de alcanzar acuerdos en la subsecuente legislación. Dejen de
marear la perdiz que demasiados e infelices niños morirán en los próximos
segundos.