CACA MÍA DE CADA DÍA.
La caca no es un aforismo ni una falacia, la caca es complejamente caca.
Una profunda palabra que abarca más allá de sus cuatro letras, y nos puede
dejar sin reacción ante tal magnitud de histrionismo. Como versa el adagio, me quito el sombrero ante la caca,
estamos frente a una muestra de maestría, sabiduría, de larga trayectoria, o
largo camino recorrido o por recorrer. Yo no soy el más indicado para hablar sobre
esta materia, y valga la redundancia;
pero aun así, continuaré con mi experiencia personal.
La caca para mí lo es todo, me ha enseñado, me ha mostrado, e iluminado
el presente para llegar cuanto antes al futuro sin ningún lastimero
contratiempo que me haga detener. Mi
amiga la caca, y lo puedo decir de esta manera, con la boca bien llena, ¡mi
amiga la caca!, nunca, jamás, me ha abandonado cuando yo más la he necesitado,
ella siempre ha estado a mi lado, dándome calor y compañía, mostrándome su
afecto y cariño, diciéndome con esa expresión de bonachona, ¡amigo, puedes contar conmigo para lo que
desees! ¿Quién hace eso? ¿Díganmelo, quién es capaz de tanta entrega a
cambio de nada? ¡Nadie! ¡Nadie, solamente una verdadera amiga!
En los momentos más difíciles ella ha estado a mi lado para darme fuerza
y valor, y con esa mirada penetrante me ha dicho claramente, ¡amigo vamos, que tú puedes, no te detengas,
continua, que falta bien poco para lograrlo, no se diga que renuncias, no, un
poco más y…...!, y en el último impulso logro mi propósito, y todo gracias
a mi amiga que aguantó como una guerrera indómita. ¡Es un alivio el saber que otro ser vela por nosotros a todas horas del
día! ¡Y de la noche también! ¡Sí, las madrugadas son las más delicadas porque
la soledad es muy dura!
Estas reflexiones pueden que estén de más para muchos de vosotros, pero
no podía pasar por alto esta estrecha relación que me une a mi entrañable amiga
la caca. Ya sé que muchos pensarán que esto no es más que sentimentalismo barato
y pasado de moda, pero qué voy hacer, no lo puedo remediar, sí, soy un romántico
empedernido en relación a temas tan espirituales, y la caca me produce morriña,
morriña de no estar una eternidad a su merced, y continuar disfrutando de la
primera caca que pasó por mi vida, la soluble y difusa caca que aun siendo un
lactante calentó mi cuerpo para que el frío no calase mis huesos. No lo puedo
remediar, soy débil, cuando hablo de estos temas tan cálidos y entrañables no
soy nadie, pierdo la voluntad. Para mí la vida no es la misma desde que mi
amiga me acompaña, desde que la caca va conmigo a donde quiera que voy.
Por esta humilde, profunda, y afectuosa razón, he querido hacer un corto
pero sencillo homenaje a mi inseparable amiga. Ya tendré tiempo de mencionarla de
una manera más profunda y profesional, pero hoy no, hoy deseo dedicar estas
ínfimas líneas a su valentía, su coraje, y su disposición de soportarme sin un
lamento.
¡Amiga, esta noche no dejaré que te marches, te retendré, dominaré tu
voluntad para que sigas formando parte de mí, para que tu aliento navegue por
mi alma hasta que no pueda más y grite a los cuatro vientos, fluye caca mía!
Continuará................................
FOTOGRAFÍA: De archivo histórico.